Literatura
Entrevista
Natxo Velez | eitb.eus
Garazi Ugalde ha acercado la obra de la poeta alemana May Ayim al euskera y a los lectores euskaldunes, en una nueva entrega de la colección Munduko Poesia Kaierak.
Garazi Ugalde ha preparado y traducido la antología poética de May Ayim
La escritora y traductora Garazi Ugalde ha confeccionado y traducido una antología de la obra de la poeta May Ayim (Hamburgo, 1960 - Berlín, 1996), que publica la editorial Susa dentro de su colección Munduko Poesia Kaierak.
En las piezas incluidas en este cuaderno, número 35 de la colección, la urgente poética de Ayim golpea violentamente con ritmo acuciado e incesante el acomodamiento, la desidia y los pactos sociales tácitos y cosméticos, ya sean alrededor de la unificación de Alemania como en torno a una asimilación cultural disfrazada de diversidad y mestizaje. Algunas piezas, intercaladas con otros poemas más intimistas, disparan al lector mensajes críticos y nada indulgentes, escritos con un lenguaje desprovisto de todo adorno.
Ayim dejó una poesía poderosa, una enmienda a la crónica de la unificación de Alemania y a las sociedades europeas modernas que pone en cuestión algunos acuerdos aceptados por la ciudadanía o, mejor dicho, una serie de mentiras convenidas.
Hemos hablado con Ugalde para saber más sobre esta poeta certera e interesante.
Tú misma propusiste traducir al euskera la obra de May Ayim. ¿Qué nos estábamos perdiendo hasta ahora? ¿Cómo supiste de ella y qué te empujó a traducir sus poemas?
Estábamos perdiéndonos la fuerza de una voz que habló desde los márgenes. Esta poeta afroalemana escribió en alemán durante las décadas de 1980 y 1990 y, además de en Alemania, su trabajo también se extendió por otros territorios gracias a las traducciones al inglés. Para nosotros era desconocida, seguramente porque no había sido traducida a los idiomas principales de nuestro entorno, el francés y el castellano. Existen algunos poemas desperdigados por ahí, pero no existía ninguna antología sobre su trabajo más allá del alemán y el inglés. El objetivo de la colección MPK (Munduko Poesia Kaierak) es acercar la poesía en toda su extensión, y, de haber un lugar para Ayim en euskera, ese era este.
Tuve conocimiento de May Ayim a través de la escritora argentina Esther Andradi. Me generó un interés especial todo lo que la rodeaba: era una mujer activista y poeta que se reivindicaba como afroalemana. Su vida y su obra estuvieron marcadas totalmente por la búsqueda de la identidad y la lucha contra el racismo, y dejó una profunda huella a pesar de fallecer prematuramente. Además, aporta su testimonio de un tiempo histórico muy especial: vivió y reflejó en sus poemas los últimos años del Muro de Berlín y el cambio que llegó tras su caída.
May Ayim. Foto: Editorial Orlanda.
Los poemas recogidos en la antología tienen un ritmo muy alto, son urgentes y directos. ¿Cómo logró ese ritmo?
Utiliza un estilo directo y ágil para reforzar su mensaje. A veces recurre al lenguaje corriente, más cercano al uso oral. Sin embargo, otras veces se sirve de rimas y repeticiones para conseguir ese ritmo.
Sobre todo los poemas más largos tienen mucho ritmo; parecen escritos para ser leídos en voz alta. A Ayim le gustaba mucho actuar en público, poner voz a sus reivindicaciones. Recitaba sin leer.
Ayim escribe desde los márgenes, desde su experiencia y su empoderamiento. ¿Qué la empuja a escribir?
Sus vivencias personales y su compromiso político tienen una influencia directa en aquello que escribió. May Ayim (Hamburgo, 1960) era hija de una mujer alemana y un hombre de Ghana, pero fue criada por padres adoptivos en un entorno en el que el color de su piel no era habitual. Tuvo que sufrir desde pequeña un racismo que la sociedad de la época ocultaba. En el trayecto hacia su empoderamiento, exploró sus orígenes y su identidad, investigó la historia de los negros de Alemania, e impulsó el movimiento afroalemán junto a otras mujeres. Y llevó esa búsqueda y esas reivindicaciones al plano artístico, a la poesía.
Las opresiones ocultas afloran en sus poemas de una manera mordaz y provocadora. Por ejemplo, cuando cayó el Muro de Berlín, se mostró muy crítica con el proceso de unificación de Alemania. Denunció que los alemanes blancos del Este y el Oeste se unieron, pero que en ese proceso volvieron a marginar a las minorías étnicas, que se sentían amenazadas en medio de esa euforia. Se puede pensar que señalar el racismo en aquella sociedad que estaba superando las consecuencias del Holocausto era hurgar en la herida. Para muchos se trataría de una voz incómoda.
¿Para quién o contra quién escribió Ayim?
Diría que escribió muy unida a la sociedad en la que vivía. Se dirige a los de un lado y a los del otro. Por un lado, critica el supremacismo blanco: saca a la luz incluso el racismo más sutil, nos habla sobre la necesidad de dejar de lado los estereotipos, denuncia situaciones de discriminación cotidianas. Por otro lado, también aparece una voluntad de unirse con sus compañeros, con las hermanas y los hermanos negros. Es ahí donde se sitúan el poema de homenaje a Martin Luther King o el escrito por la muerte de Audre Lorde. Nos quiere movilizar para unir fuerzas y combatir la injusticia.
¿Cómo lleva al papel, cómo articula esa voz? ¿Qué dificultades te has encontrado a la hora de traducir su obra?
Por ejemplo, a través de ese lenguaje vivo y directo. Pero todos los poemas no responden a un solo estilo. Hay poemas muy breves y sencillos, en los que cada palabra toma un peso inmenso. Otros, por el contrario, son más desahogados y presentan un lenguaje más fluido. En la traducción, he procurado preservar el carácter particular de cada uno de los poemas originales.
La poeta juega con las palabras en el límite de su forma y su significado. Resulta especialmente complicado traducir los giros basados en características propias de un idioma concreto. Y ese ha sido uno de los principales retos: cómo representar en euskera los juegos de palabras, cómo recrear las rimas para conseguir el mismo efecto que surte en alemán o acercarme lo más posible.
La escritura de Ayim también tiene otra particularidad. Retuerce las normas del idioma, ya que no utiliza apenas mayúsculas y signos de puntuación. Si tenemos en cuenta que en alemán tanto los nombres propios como los sustantivos comunes se escriben en mayúscula, vemos que existe una tendencia explícita a la transgresión. Por otra parte, la falta de puntuación genera ambigüedades en la interpretación al mismo tiempo que extiende el número de significados posibles. En la traducción, he tenido que esforzarme por mantener todas esas posibilidades.
¿Cuál ha sido el criterio para organizar los poemas a lo largo del libro?
El lector percibirá que los poemas no corresponden a un orden cronológico estricto, ya que en la mayoría aparece la fecha de publicación. Para preparar la antología, nos hemos basado en un volumen que contiene toda su obra poética (Weitergehen, 2013, Orlanda), y hemos ordenado los poemas siguiendo ese orden en base a su fecha de publicación. Hemos recopilado un total de 39, de todas las formas y materias, para que fueran una muestra de la obra completa.
¿Podrías elegir un solo poema para acercar a alguien a la obra de Ayim?
Elegiría el poema titulado Zuri-beltzeko bluesa, porque sirve de ejemplo de todo lo que hemos comentado hasta ahora. La voz de Ayim es tan universal como particular: parte de lo personal, pero aporta un relato de una época, y también es un eslabón de un movimiento más amplio.
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