El Milano negro, una especie muy longeva

Acaban de llegar a Euskadi y sus llamada estridentes y relinchantes, de notas repetidas y combinaciones variadas, inundan en estos momentos todos los rincones de nuestra geografía. Hablamos del milano negro, un ave que nos avisa de la inminente llegada de la primavera,  mediante un silbido agudo y prolongado que recuerda en ocasiones al relincho de una yegua o al maullido de un gato.

Se cree que es la rapaz más abundante del mundo con una estima cercana a los seis millones de parejas, aunque esta cantidad debe ser validada con mayor precisión. Como sugiere su nombre, tiene una apariencia oscura, con algunos parches más claros en sus alas, es de tamaño medio y no debes confundirla con su pariente próximo: el milano real, del que lo distinguiremos por una cola menos bifurcada y un plumaje más oscuro, sin tonos rojizos.

En comparación con otras especies de rapaces diurnas su dimorfía sexual inversa es poco acusada, por lo que las hembras apenas superan a los machos. Si bien, se ha comprobado cómo las hembras de mayor tamaño suelen tener acceso a territorios de mayor calidad o, cómo los machos más pequeños suelen tener un mayor éxito reproductivo.

Y eso que los milanos negros son rapaces que no maduran sexualmente hasta los 4 o 5 años, lo que es inusualmente tarde para una rapaz de tamaño mediano y viene a asemejarse más a lo que ocurre con las grandes águilas. De hecho, es una especie monógama que mantiene fuertes lazos con su congénere que duran toda la vida. Este carácter tan sociable y gregario los anima a formar grandes dormideros comunales en invierno o a anidar muy cerca de su vecino, habiéndose encontrado nidos separados apenas 300 metros. Tales aspectos evolutivos hacen del milano negro una especie muy longeva, pudiendo alcanzar hasta 30 años en cautiverio y 26 en la naturaleza.