El buitre leonado, un maestro de la comunicación social

Oímos la sinfonía bulliciosa, y por qué no decirlo, bastante escandalosa, que causa la concurrencia de una bandada de aves en el momento del hamaiketako. Son audibles distintas vocalizaciones, tonos broncos y algunos sonidos ásperos. Todos característicos del carroñero más social que tenemos en Europa: el buitre leonado.

Aunque solo apreciamos parte de su magnífico repertorio, cabe comentar que estamos, sin lugar a dudas, ante un mago de la palabra, un auténtico locutor de doblaje. Un espécimen capaz de manipular su voz, dentro de unos márgenes, para adaptarla a las distintas circunstancias o requerimientos que conlleva su día a día. Un carroñero que ha nacido para impostar la voz; para emitirla en más de una docena de vocalizaciones diferentes de significado concreto. El buitre leonado posee uno de los léxicos más complejos que reinan en el mundo animal. Mucho más que cuando escuchamos los sonidos emitidos por otras especies de aves, como los loros, esos psitácidos del nuevo mundo, de sobra conocidos por la complejidad de sus comunicaciones vocales.

Aparentemente, esta complejidad de su lenguaje está más relacionada con la historia evolutiva social que ha mantenido el buitre durante generaciones que con la evolución de su siringe, el órgano de fonación que poseen todas las aves cánoras. Realmente, sus capacidades cognitivas son de alto nivel y, al parecer, están estimuladas por esa red de relaciones sociales mantenidas durante miles de años, en lo que se ha venido a llamar como 'hipótesis de la inteligencia social'.