Neurociencia, comportamiento y salud a los ojos de la evolución. El ojo de la ballena: ciencia elevada a arte

La V Jornada Nacional sobre Evolución y Neurociencia que se ha celebrado en Bilbao nos brinda la oportunidad de conocer diferentes líneas de investigación que desde la perspectiva evolutiva analizan desde el comportamiento hasta la salud mental.Recogemos los temas que han abordado algunos de los ponentes.

Antonio Osuna Mascaró, doctor en biología y en cognición comparada e investigador en el Messerli Research Institute (Viena) y Carmen Mascaró Lazcano, bióloga y catedrática de Parasitología de la Universidad de Granada, ya jubilada, han centrado su charla en el fascinante mundo de los parásitos, moduladores de la evolución de diferentes maneras.

Carmen Agustín es investigadora en el laboratorio de Neuroanatomía Funcional de la universidad de valencia, donde estudia en ratones la neurobiología del comportamiento social. En su charla se ha centrado en el comportamiento ligado a la maternidad, el cuidado de las crías. 

La paleontóloga e investigadora del CENIEH Nohemí Salas ha explicado la investigación desarrollada con los fósiles de la Sima de los huesos, uno de los yacimientos de Atapuerca, para descubrir si los cuerpos de 29 preneandertales fueron arrojados allí como parte de un comportamiento funerario.

Gerardo Sabio Fernández, psicólogo clínico, director técnico de la Asociación Ferrolana de Drogodependencias (ASFEDRO), defiende que un enfoque evolucionista ayudara entender el lugar de las adicciones al lado del resto de trastornos mentales. Según ha explicado La adicción no es un trastorno del cerebro, ni un trauma, ni un problema de comportamiento o una mala gestión de las emociones... La adicción, explica Gerardo Sabio, activa de forma no deseada mecanismos innatos de supervivencia, con el mismo esquema de funcionamiento que el hambre.

El Itsasmuseum de Bilbao acoge la exposición el ojo de la ballena, una muestra que combina ciencia y arte y cuya historia comienza en febrero de 2019 , cuando un rorcual de 18 metros quedó varado en la playa de Sopelana. Al poco de morir, la investigadora de la UPV-EHU Elena Vecino tenía ya uno de sus ojos en su laboratorio. Así comenzó una investigación que ha analizado la forma en la que ven las ballenas, y que se plasma también en un conjunto de fotografías científicas que forman parte de esta exposición especialmente diseñada para ser accesible a personas con discapacidad visual.