La niñez de sapiens, neandertales y simios. Experimentos médicos fallidos

Si nos quitamos de encima el barniz de la cultura lo que queda es un primate. El paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca, resume en esta frase lo que somos. Primates que gracias  a un cerebro mayor  y más complejo que el de nuestros antepasados, han conseguido superar la selección natural y llegar hasta donde estamos. Bermúdez de Castro nos propone desde la antropología mirar cómo son los inicios en la vida del ser humano actual y, en comparación, cómo son los primeros pasos de nuestros parientes primates más cercanos hoy en día y de las especies ya extintas que nos precedieron. En su libro Pequeños pasos, creciendo desde la prehistoria se plantean cuestiones como.. era el parto de una austrolopitecus más sencillo que el de una mujer actual. ¿Cuánto duraban la infancia en los neandertales, si lo comparamos con los chimpancés o con nosotros?. ¿Y la adolescencia? La nuestra dura desde el punto de vista neurológico dura prácticamente hasta los 30 años. ¿Madurarían antes los cerebros de especies ancestrales? Además Bermúdez de Castro ha escrito este libro con su hija Elena, pediatra, para dar el contrapunto médico a éstas y muchas cuestiones. Y así nos encontramos con un libro sobre antropología que nos habla de dieta y desarrollo físico de especies que se extinguieron hace miles de años que da consejos de pediatría, o con un libro de pediatría que, además de a los bebés humanos, incluye a otras especies. Una combinación interesante.

Y Adrián Hugo Llorente, médico e investigador del Museo de Historia de la Medicina de UPV-EHU nos propone conocer tres episodios de la historia negra de la medicina que ha escogido para la presente temporada del programa. Tres episodios relacionados con las vacunas que llegaron a los tribunales en su época: El caso Hubner, en 1852, que sentó el precedente de no utilizar niños enfermos para fabricar vacunas. El caso Neisser en 1892 que sentó las bases de lo que es el consentimiento informado del paciente, y el llamado desastre de Lubeck, ciudad alemana en la que la contaminación de una vacuna contra la tuberculosis provocó la muerte de más de 70 bebés.