Couso:"No hay que demonizar a Putin, hay que promover un clima que permita alcanzar acuerdos con el enemigo"

Javier Couso asegura que la guerra de Ucrania "se veía venir". Entrevistado en "Crónica de Euskadi Fin de Semana" ha explicado que desde que estallara el conflicto en el Donbass, en 2014, como respuesta al Euromaidán, Ucrania "es un país dividido". Cree que en los acuerdos de Minsk de ese mismo año, se daban las condiciones para un acuerdo entre Kiev y Moscu, pero, según Couso, "Ucrania no cumplió lo acordado" y era cuestión de tiempo que estallara el conflicto. El exeurodiputado subraya que la paz llegará cuando Ucrania se comprometa a "ser neutral", porque su posición es la de un "pivote estratégico" que cierra el cerco militar en torno a Rusia.

Javier Couso deja claro que condena la invasión de Ucrania, pero deja claro que "Putin no es un demente", y que lleva meses alertando del papel de Ucrania como "ariete para desestabilizar la frontera rusa". La "putinfobia" dice, responde al esquema de la "creación de supervillanos" que ya se ha dado en Irak, Afganistán o Siria, demonizando al adversario. Una "estrategia errónea", que nos lleva a la guerra.  Couso insiste en que es lo peor que nos puede pasar y más con una potencia nuclear. Por ello, subraya, Ucrania "debe ser neutral", ya que en una posible confrontación con EE.UU. y la OTAN, Rusia no tendría nada que hacer con armamento convencional, y utilizaría "la fuerza nuclear". Sin embargo, preguntado por la popularidad de Zelenski, el analista lo califica de "demente" por apoyar el radicalismo y reprimir a la minoría rusa, lo que ha llevado a Ucrania a la guerra. 

Sobre el papel que está jugando en este conflicto la Unión Europea, Couso tilda de "locura" su gestión, porque "se pega tiros en el pie" constantemente y comprar la retórica agresiva de EE.UU. y la OTAN. El analista denuncia que se ha entrado en una histeria prohibiendo medios de comunicación y lanzando a la ciudadanía a la xenofobia contra los rusos, cuando en realidad, es momento de  "promover un clima" que permita acuerdos, y "los acuerdos se hacen con el enemigo, no con los aliados". Además, su política de sanciones, corta el suministro de energía para Europa, y Rusia se ha preparado desde 2014 para esas sanciones.