Un astronauta da la bienvenida a Obama a los sanfermines… ¿de Irun…?

Desde la fachada del Ayuntamiento de Pamplona, un astronauta ha dado la bienvenida a las fiestas de San Fermín 2016 al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cerca del balcón en el que un mástil sin bandera centraba miles de miradas; al poco, El Tuli declaraba inaugurados los sanfermines de Irun, en donde un repelente de orina made in Gasteiz va a mandar dicho líquido de rebote al pantalón y al calzado de quien lo lance sobre él. Han empezado los sanfermines, y, como casi siempre, hasta el chupinazo tiene su cara B; vamos a escucharla.

De la galaxia a la Casa Blanca, pasando por Pamplona

Pamplona, 6 de julio de 2016, 11:55 horas; todo el planeta Tierra está pendiente de El Tuli, que se dispone a lanzar el chupinazo de los sanfermines 2016 y abrir así nueve días de fiesta; ¿todo?? ¡No! Un astronauta, llegado no se sabe exactamente de qué galaxia, aparece en un balcón del Ayuntamiento de Iruñea y despliega una pancarta que da la bienvenida a las fiestas de San Fermín a nada menos que Barack Obama, el presidente de Estados Unidos. Y no, no hay constancia de que haya necesitado ningún tipo de poción mágica para ello.

El líder del gobierno estadounidense vuela en la noche del próximo viernes desde la Casa Blanca (a más de 6.100 kilómetros de Pamplona) hasta Sevilla (a poco más de 700 kilómetros de la capital navarra). Ante la posibilidad de que el verdadero objetivo de Obama, con tal viaje, fuera el de pasarse por los sanfermines, su equipo guardó un sospechoso silencio: nadie lo ha desmentido por el momento. Es por ello que el mencionado astronauta, recién aterrizado desde alguna lejana misión interestelar, se haya adelantado a la eventual llegada del mandatario: "Welcome, Mr Obama. Pamplona Rebel City" ("Bienvenido, señor Obama. Pamplona Ciudad Rebelde"), ponía en su pancarta, hecha quizás más allá de Orión.

Es en Pamplona, no en Irun

Que Obama no se despiste, que las fiestas son en Pamplona, no en Irun (salvo que quiera ir a San Marcial, que por supuesto también puede ser y bien que disfrutaría). Es importante el detalle, porque El Tuli, Jesús Ilundáin, que ha cumplido su labor como lanzador del chupinazo con matrícula de honor, se ha dirigido a la gente de Pamplona, en castellano, y los irundarras, de Irun, en euskera. Joseba Asiron, el alcalde de la capital de Navarra, le ha "chivado" la palabra en cuestión, así que quizás el pequeño lapsus sea achacable a él. Atención al segundo 52 de este vídeo (el periodista Ander Izagirre ha detectado esta anécdota, en Twitter):

El Tuli innova en su mensaje sanferminero

Matrícula de honor, más que merecida, para El Tuli; sus palabras antes de prender la mecha del chupinazo, muy probablemente, crearán escuela. Jesús Ilundáin ha decidido decir antes "pamplonesas" que "pamploneses", y no ha sido en absoluto casual: "Quería tener presentes a todas las mujeres, y, sobre todo, a las muchas que sufren acoso sexual", ha dicho El Tuli. "Soy contrario a todo eso, quiero que cuenten conmigo para lo que sea", ha añadido después. Jesús siempre ha estado a favor de que las mujeres sean socias de las peñas (la suya, Los de Bronce, fue pionera en ello, dando ejemplo), y salgan con las charangas; en esto, los sanfermines "han cambiado para bien", cree El Tuli.

Un mástil vacío en el Ayuntamiento

Lo explicaba el alcalde Asiron: al no colgar la ikurriña desde el balcón del Ayuntamiento, "no están representadas todas las sensibilidades de los pamploneses". Al lado de las banderas de Pamplona, Navarra, España y la Unión Europea, lucía un mástil sin enseña: "Queremos figurar que en nuestra ciudad hay una riqueza, una pluralidad de sentimientos, que debería estar representada más que nunca en San Fermín", ha opinado Asiron, cuyo teniente de alcalde, Joxe Abaurrea, ha destacado que a Pamplona, "este año, se le ha amputado parte de su pluralidad; y eso afecta a la convivencia".

A pie de calle, ojo con orinar donde no se debe

Los que estén en Pamplona estos días, que se piensen dos veces lo de orinar en la calle, porque se ha estrenado un repelente de orines que llega desde Gasteiz y que tiene un efecto contundente: la orina rebota en los lugares en los que se ha aplicado, y mancha los pantalones y el calzado de quien micciona. 10.000 euros en gastos de limpieza y desinfección y una buena de dosis de mala imagen, eso es lo que prevé ahorrar Pamplona con esta medida.