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Audiencia Nacional
Un exoficial afirma que "el encubrimiento de la matanza fue al más alto nivel"
El exmilitar Luis Parada ha declarado en el juicio por el asesinato de Ignacio Ellacuría y otros cuatro jesuitas en El Salvador.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Ofizial ohi bat: "Goi-karguak hasieratik saiatu ziren jesuiten hilketa estaltzen"
Un exoficial de la Inteligencia salvadoreña ha detallado que el "encubrimiento institucional al más alto nivel" de los asesinatos de los cinco jesuitas en 1989, entre ellos el vasco Ignacio Ellacuría, comenzó horas después, cuando escuchó por una radio interna que les mataron por resistirse al arresto mientras la radio oficial culpaba al FMLN.
Luis Parada, militar que trabajaba en la Dirección Nacional de Inteligencia cuando se cometió la matanza, ha testificado en el juicio contra el excoronel y exviceministro de Seguridad Pública, Inocente Montano, que se enfrenta a 150 años de prisión.
"Desde el primer día hubo intento de encubrimiento de los asesinatos a un nivel que tuvo que haberse ordenado por el alto mando", ha dicho Parada cuando ha explicado cómo se percató enseguida de que las Fuerzas Armadas estaban detrás.
Horas antes de la masacre, se fue a dormir en la sede de Inteligencia sabiendo por una reunión de ese mismo día que el Ejército iba a iniciar una contraofensiva con armas de más potencia, lo que implicaba bajas civiles, aunque sin alusiones a los jesuitas.
La mañana del 16 de noviembre, con los cuerpos aun tendidos en la Universidad Centroamericana, Parada fue convocado a una reunión de oficiales en la que el jefe de operaciones Carlos Herrera Carranza sujetando una radio MX (del sistema interno de Inteligencia), le dijo al director: "A Ellacuría le mataron por resistirse al arresto". Luego, regresó y habló de ocho muertos.
Meses después, el jefe del Estado Mayor René Ponce -considerado entonces el líder de facto del país- reconoció a un superior de Inteligencia que "el mismo día supo que había sido el Ejército", lo que da muestra de la "magnitud del encubrimiento".
Todo ello evidencia, en su opinión, que "el alto mando cuando menos tuvo que haber ordenado el encubrimiento el mismo día". Eso sí, tal fue el impacto de los asesinatos, ha dicho, que la ofensiva militar del FMLN en la capital cayó un 80%.