Trump tiene un muro en la cabeza

Trump está aplicando en la política las mismas tácticas que aplicaba en los negocios. Su concepto de la negociación es muy simple: que ceda el otro. Esa postura orgullosa le dio resultados, de eso no hay duda, porque es muy rico; pero también le llevó a fracasos, como cuando perdió el hotel Plaza de Nueva York o sus casinos de Atlantic City por simple tozudez.

Pues bien, ahora son los trabajadores del Gobierno federal los que están pagando la tozudez de Trump. Oficinas e instituciones que dependen del Gobierno federal llevan ya casi tres semanas cerradas y sus trabajadores no cobran el sueldo. El motivo es que Trump no aprueba el presupuesto para su funcionamiento si el Congreso no le aprueba a él 5.000 millones de dólares para construir su famoso muro con México. Y así, de esa forma tan extraña, un guía de Yellowstone o cualquier otro parque nacional se queda sin cobrar su sueldo. Es tal el empeño de Trump con su muro que ha llegado a decir una cosa muy grave: que está dispuesto a declarar una situación de emergencia en la frontera con México y así aprobar él el dinero para el muro saltándose al Congreso. La idea de empezar a gobernar por decreto de emergencia es algo completamente opuesto a la tradición política estadounidense. Y pondría a Trump al nivel del venezolano Maduro, al que tanto critica.