El Vaticano apuesta por América Latina

Por fin los cardenales se han decidido por un papa latinoamericano. Necesitaban hacerlo. El futuro de la Iglesia católica se está jugando, en gran medida, en América Latina. Es allí donde más católicos hay y donde más siguen creciendo, junto con África; pero es también allí donde está afrontando uno de sus mayores desafíos: el auge de las iglesias evangélicas.

En toda América se advierte que cada vez hay más evangélicos; y, en general, no son gente que antes era atea o de otras religiones, sino que en su gran mayoría antes eran católicos.

La penetración de las iglesias evangélicas se incrementó a partir de los años 70 del siglo pasado. Entonces, entre los católicos latinoamericanos cobró fuerza la llamada Teología de la Liberación, que defendía la justicia social y la acción para conseguirla.

Las iglesias evangélicas, por el contrario, defienden la salvación final. Hay que creer en Jesús, Jesús salva, y mientras tanto hay que aceptar el destino terrenal, si eres pobre te aguantas.

Fue en esa época cuando las iglesias evangélicas, muy bien financiadas desde sus sedes matrices en Estados Unidos, empezaron a penetrar en América Latina, con el objetivo de poner freno a la Teología de la Liberación.

Se supone que, al escoger un papa latinoamericano, los católicos de allí se sentirán reforzados y tendrán menos motivos para pasarse a las iglesias evangélicas. Ahora bien: han corrido un riesgo al poner a un argentino. Ya han surgido voces que afirman que Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, no se opuso con firmeza a la dictadura militar argentina.