Música
Entrevista
Natxo Velez | eitb.eus
El cuarteto edita su séptimo disco, “Aske maite, aske bizi”, una colección de canciones vitalistas publicada con ambición y las miras puestas con más ahínco que nunca más allá de nuestras fronteras
El grupo presenta "Aske maitte, aske bizi". Foto: Galder Izagirre.
Gatibu, que irrumpió en 2002 en el panorama musical vasco con el disco Zoramena, está en plena madurez. El cuarteto goza de una grandísima aceptación entre el público, como dejó patente una vez más la imparable invasión de seguidores en pos de firmas y fotos de la que su stand fue objeto en la pasada Feria de Durango, y han encontrado definitivamente su sitio en el territorio que delimita su pop rock rebosante de contagiosos estribillos.
Aún así, en “Aske maitte, aske bizi”, han querido huir de la monotonía y se han movido en varias direcciones tanto en lo meramente artístico –han incorporado sintetizadores en algunas de las canciones y han seguido aportando a su propuesta sonora pinceladas de música negra, sobre todo en la parte rítmica– como en lo que respecta a sus expectativas. Sea como fuere, en los siete temas del nuevo trabajo siguen destacando los coreables e ineludiblemente contagiosos estribillos marca de la casa, melodías que llegan para quedarse en la cabeza del oyente.
Hemos hablado con los miembros de Gatibu sobre el antes, el durante y el después de este “Aske maitte, aske bizi”.
En este nuevo disco, como ya es habitual en vuestra música, destacan los cuidados estribillos de las canciones. ¿Cuál es la fórmula para componer esos estribillos tan pegadizos?
Haimar Arejita: Si te fijas un poco en nuestra carrera, verás que nuestras canciones siempre tienen un estribillo, ya que, a la hora de componer, tenemos en cuenta la estructura clásica de las canciones. Las canciones que más nos gustan tienen este tipo de estructura, y nos hemos acostumbrado a hacer canciones directas.
De todas maneras, en este disco hemos hecho un esfuerzo por innovar, y esperamos que la gente lo aprecie.
Foto: Galder Izagirre
El disco ha sido producido por el guitarrista Haimar Arejita y el ingeniero de sonido Iñigo Etxebarrieta. ¿Qué camino han hecho las canciones desde la composición hasta la grabación?
H.A.: Iñigo y yo hemos hecho lo que hemos podido, ya que no somos productores experimentados. Hemos analizado cada una de las canciones y la hemos llevado al mejor sitio posible. Ese ha sido nuestro trabajo.
Del local al estudio, no ha habido demasiados cambios en lo referente a estructuras y demás, pero sí en el sonido. Las canciones van totalmente cerradas al estudio en el aspecto musical y artístico, digamos que en un 95%. A la hora de producirlas, ponemos nuestro énfasis en el color del sonido, la intensidad y la interpretación.
En lo que se refiera a la línea musical, seguís facturando pop rock pero en algunas canciones de este disco se pueden intuir ciertos toques funk. ¿Qué música escucháis?
Alex Sardui: Escuchamos de todo, yo no te diría ningún grupo concreto. Además, una cosa es lo que uno escucha y otra cosa diferente es qué es lo que le influencia.
H.A.: Yo en otras épocas he escuchado mucho rock clásico, pero, con la vista puesta en este disco, tanto Iñigo Etxeberrieta como yo hemos escuchado mucho pop y también música electrónica, tal y como puede apreciarse en los toques electrónicos de este disco. Por ejemplo, hemos oído mucho a Daft Punk, y luego, además, hay muchos grupos que nos gustan a los cuatro.
Gaizka Salazar: Eso es. Todos hemos flipado con el último disco de Jack White, Daft Punk o Vintage Trouble. Yo siempre he escuchado rock, pero me interesa mucho la música negra…
H.A.: Otro grupo que me encanta, por ejemplo, es Berri Txarrak. En su último disco han econtrado una manera muy llamativa y loable de descubrir nuevos caminos para crecer y evolucionar, y, siendo de aquí, le doy más valor si cabe.
Foto: Galder Izagirre
La masterización se ha llevado a cabo en Londres, en los estudios Metropolis, donde también han trabajado Zea Mays, The Clash, Amy Winehouse, Adele o Massive Attack. ¿Qué aporta al disco este proceso?
Mikel Caballero: La masterización es el proceso que le da el sonido definitivo al disco.
H.A.: Sí, es un último tratamiento del sonido, y se hace sobre todo de cara a encontrar el balance adecuado. El estudio en el que trabajamos ya venía utilizando este estudio, y están contentos con ellos.
G.S.: Otras veces hemos hecho más pruebas, algunas no salían demasiado bien, y, esta vez, hemos ido sobre seguro.
En las canciones “Nire ondoan bazina” y “Aske maitte” se aprecian sonidos de sintetizador. ¿Es un camino en el que seguiréis avanzando?
H.A.: Sí, hemos usado un Roland Groovebox. Hemos tirado de él para hacer arreglos simples con los que añadir capas a la canción, y hemos quedado muy satisfechos con el resultado. Al final, se trata de un instrumento que aporta color a nuestra música.
G.S.: Sí, además, al tratarse de algo novedoso para nosotros, nos abre caminos en los que experimentar, cosa que es divertida.
H.A.: Nuestra filosofía se basa en alejarnos un poco de lo que venimos haciendo en cada momento, para no aburrirnos.
En esta última canción (“Aske maitte”), colabora Izaro Andrés. ¿Cómo surgió la idea de trabajar con ella?
H.A.: A IZARO la conocimos un día que vino a hacernos una entrevista para un trabajo de la universidad.
Más tarde, supimos que había sacado un disco, y, como necesitábamos una voz femenina en una canción, nos pareció la opción perfecta.
El percusionsita Gino Pavone también participa en el disco…
G.S.: En nuestros anteriores trabajos, me he encargado yo de la percusión, pero esta vez queríamos probar otras opciones. Fuimos a Madrid, y fue allí donde grabó su parte.
H.A.: Gino ha grabado con muchos conocidos nuestros, como es el caso de Iñaki “Uoho” Antón, ya sea con Fito, con Extremoduro o con La Inconsciencia, su nuevo proyecto, por lo que ya sabíamos qué podía aportar.
Empezando desde la portada, una ilustración ciertamente colorista, se intuye una intención de hacer llegar un mensaje positivo…
H.A.: Las letras son obra sobre todo de Alex. Diría que sí que se notan esas ganas de trasladar positividad y fuerza, y también hay algo de nostalgia en algunas letras.
G.S.: Aunque contemos algunas historia dura, el último mensaje de nuestras canciones siempre es positivo.
H.A.: Se trata de una cuestión de actitud. En muchas de nuestras canciones podemos encontrar ese afán por salir a flote ante todo y seguir adelante: “Euritan dantzan”, “Bizitzen badakit”… Las letras de Alex desprenden esa luz.
Habéis compuesto una canción para la película “Igelak”. ¿Cómo se ciñe un creador a componer bajo unas directrices?
H.A.: Nos pasaron un fragmento del guion, en el que se detallaban todos los detalles de la escena en la que iría la canción, la duración de la misma etcétera. Entonces, comienzas a darle a la cabeza, hasta que sale algo. No hay más misterio.
G.S.: Claro, y hay trozos de la canción en la que nos alejamos un poco de nuestro sonido: metimos sintetizadores, un chelo… Para la película, hemos ido un poco más allá en nuestro sonido.
Os ha empujado hacia otros territorios musicales.
H.A.: Sí, ha sido interesante. El detalle de meter un chelo, por ejemplo, aunque no parezca gran cosa, viste la canción de una manera muy especial, y es algo que quizás no se nos hubiera pasado por la cabeza en otras circunstancias.
El encargado del diseño del disco ha sido el almeriense Javier Navarro. ¿Cómo disteis con él?
G.S.: Teníamos claro que queríamos trabajar con un ilustrador y hacer algo nuevo.
H.A.: Estando de gira por EE. UU., comenzamos a interesarnos por trabajos de diferentes ilustradores, a través de Internet, y nos llamaron la atención los diseños de Navarro. Contactamos con él desde allí, y adelante.
G.S.: Ha hecho un trabajo espectacular. Cada canción tiene su propia tarjeta, una especia de postal, y una ilustración determinada.
También se puede conseguir en formato USB
G.S: Es algo que hicimos también con el anterior disco, y vimos que es un formato que hoy en día se usa un montón. Además, es una tarjeta, no es el típico pincho USB, y tiene espacio para que cada uno pueda guardar sus archivos y tal.
Foto: Galder Izagirre
De cara al directo, ¿cuáles son vuestras intenciones? ¿Queréis seguir haciendo camino fuera?
G: Antes de empezar a tocar en Euskal Herria, hemos tocado fuera (Madrid, París, Galicia…), lo que nos ha servido un poco de calentamiento y para analizar el panorama, ya que, como dices, nuestra intención es tocar cada vez más fuera de Euskal Herria.
Aquí, nuestra intención es tocar en salas y hacer menos conciertos en plazas. Sabemos que vivimos en un lugar pequeño, por lo que queremos seleccionar bien los conciertos de casa.
Por el momento durante los próximos meses se les podrá ver en Astigarraga (5 de enero), Bilbao (7 de enero) –no quedan entradas para ninguno de estos dos conciertos–, Pamplona (14 de enero), Vitoria (17 de febrero), Biarritz (18 de febrero), Bermeo (8 de abril) y Azpeitia (13 de mayo).
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