San Sebastián ya es de cine

El cine ya se ha apoderado de la capital guipuzcoana. La gala de inauguración ha abierto la 66ª edición del Zinemaldia, el Festival de Cine de San Sebastián, en el Kursaal.

Como estaba anunciado, el humor ha sido el gran protagonista de la gala. Lejos de duplicar la ceremonia con intervenciones bilingües, la malagueña Belén Cuesta se ha encargado del primer tercio de la gala, enteramente en castellano, y Nagore Aranburu ha dirigido el segundo, íntegramente en euskera, para terminar repartirse entre ambas la parte final.

Las atrevidas bromas dirigidas a la industria, a los críticos, a la ciudad de San Sebastián y al propio festival han estado presentes durante la intervención de Cuesta, mientras que Aranburu ha aprovechado para el humor las ventajas de presentar un evento internacional enteramente en euskera.

Los protagonistas Ricardo Darín y Mercedes Morán y el director Juan Vera han presentado El amor menos pensado, que competirá en una sección oficial en la que también participarán películas de dos directores ganadores de la Concha de Oro, Carlos Vermut e Isaki Lacuesta, además de las nuevas obras de directores como Louis Garrel, Felix Van Groeningen, Peter Strickland o Naomi Kawase.

Una película vasca estará presente en esta sección: Dantza, de Telmo Esnal.

La gala también ha servido para presentar a los jurados. El director Alexander Payne preside el jurado encargado de premiar a los ganadores en la sección oficial, compuesto también por Bet Rourich, Agnes Johansen, Nahuel Perez Biscayart, Constantin Popescu y Rossy de Palma.

"Amamos muchísimo el cine y nos van a encantar todas o casi todas las películas, y las decisiones serán difícil", ha dicho el presidente del jurado.

Esta edición será la que albergará más cine vasco en toda la historia del festival. Además de la obra de Esnal, dos películas más competirán en otras secciones: Oreina (Koldo Almandoz) en Nuevos Directores y 592 metroz goiti (Maddi Barber) en Zabaltegi-Tabakalera.

Como cada año, los críticos han entregado su Premio FIPRESCI a la mejor película del año, que por tercera vez se ha llevado Paul Thomas Anderson —no ha estado presenten en la gala— por El hilo invisible.