Bilbao BBK live Festival 2017 | EITB Festival BBK Live
Bilbao BBK Live
Tercer día
Natxo Velez | eitb.com
El trío de Devon ejerció de cabeza de cartel no solo del sábado sino de todo el festival en un concierto que cerró el Bilbao BBK Live congregando por tercer día consecutivo 40 000 personas en Kobeta
Muse
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Desde que en noviembre se anuncio su presencia en el festival, el de 2015 ha sido "el Bilbao BBK Live de Muse" y, tras pasar ayer el torbellino de Devon por las campas de Kobeta, no cabe duda de que así será recordado. Todo apuntaba a ello: son tremendamente populares, ya han demostrado muchas veces que no fallan en directo, en su nuevo disco Drones han vuelto, bajo los mandos del productor Robert John Mutt Lange (AC/DC, Def Leppard…) al rock clásico de guitarra, bajo y batería dejando a un lado sendas más experimentales, y hace ya tiempo que figuran en el selecto club de bandas acostumbradas a reventar estadios.
Aún así, las conjeturas, las previsiones, hay que materializarlas con hechos, y eso es lo que hicieron anoche con manifiesta suficiencia Matt Bellamy, Dom Howard y Chris Wolstenholme sobre el escenario del Bilbao BBK Live. Muy pocos grupos actuales hacen sombra a la oferta de Muse en directo. No tienen rival, ni siquiera en su liga del rock de estadios, ni como protagonistas de un espectáculo de entretenimiento ni, y esto es lo importante, como músicos de rock; tienen las canciones, tienen la pericia musical y tienen el sonido.
Antes de que Muse eclipsará todo a su paso y la lluvia hiciera acto de presencia, pudimos disfrutar en un recinto lleno desde mucho antes que en las jornadas precedentes de varias propuestas interesantes que sirvieron para calentar motores.
Después de que el grupo vizcaíno Señores inaugurará la jornada, los encargados de abrir el fuego en el escenario pricipal fueron Vintage Trouble, potente banda californiana de blues rock con una rotunda puesta en escena. Ofrecieron un concierto enérgico en el que descargaron sin descanso los temas de su único disco y conectaron muy bien con el público (el cantante termino surfeando sobre las cabezas de las primeras filas).
Ty Taylor (Vintage Trouble). Foto: Rythm and Photos (Last Tour)
Facturaron un concierto eminentemente festivalero, una sabrosa ración de rock and roll sin tonterías, sobrado de voz, con gran nivel instrumental, actitud y temas directos que se movían en los cánones del estilo coqueteando, cuando tocaba bajar las revoluciones, con el soul. Seguro que ayer reclutaron para su causa a más de un nuevo troublemaker, que, según nos contaron en una entrevista, es como denominan a sus seguidores.
El testigo de los estadounidenses lo recogieron en el segundo escenario los australianos The Cat Empire y sus vivos y enardecedores sonidos, que ofrecieron una continua invitación al baile. Según anunciaron volverán por aquí para actuar este otoño.
Tras ellos, los conciertos de Kodaline y Of Monsters and Men no dejaron un rastro demasiado hondo. Los primeros ofrecieron, con esquemas que recordaban alternativamente a Coldplay o Mumford and Sons, dulces melodías sin demasiada transcendencia, mientras que los segundos tuvieron que hacer frente a la repentina baja de su bajista. Según pudimos saber, el músico sufrió una indisposición la víspera del concierto, en Barcelona, y, por ello, los creadores del tarareado “Little Talks” tuvieron que acortar su concierto en Bilbao.
Muse, el exceso como virtud
Y por fin vino el momento: la cuenta atrás llegó a su fin y Muse, amantes de la hipertrofia en forma (son conocidos sus mastodónticas escenografías) y fondo (siempre han llevado su música un paso más allá del estándar), pisaron el escenario del Bilbao BBK Live.
“Psycho”, perteneciente a su nuevo disco, fue la elegida por el trío para romper el hielo con las 40 000 personas a las que su oferta sónica llegó con una claridad y fuerza soberbias. Con el primer guitarrazo acallaron de un plumazo el molesto runrún originado por las conversaciones del público que durante algunos tramos de varias actuaciones (James Bay o Ben Harper, por ejemplo) ha ganado la batalla a los vatios procedentes de los escenarios.
Al enmarcarse la actuación de ayer en la gira por festivales, Muse mesuraron en cierta medida sus habituales montajes faraónicos y se rodearon de una escenografía más sutil de la que acostumbran a llevar en sus giras: las pantallas mostraron efectivos vídeos y utilizaron un par de efectos especiales para lanzar confeti y varios balones gigantes al público.
De todas maneras, si alguien se quedo con ganas de más efectos, Matt Bellamy nos contó en su entrevista para ETB que en la gira que realizarán el año que viene tienen intención de usar drones en sus conciertos. Habrá que estar atentos.
En lo que respecta a la elección de los temas, tocaron cinco canciones del disco nuevo (la propia “Psycho”, “The Handler”, “Dead inside”, “Mercy” y “Reapers”) sobre un total de 17, que obtuvieron una notable respuesta del público. El disco Drones no cambiará la vida a nadie, seguramente, y puede que a Muse haya que exigirles más, pues ya han demostrado que lo pueden dar, pero parece que con este trabajo han dejado atrás el periplo por caminos más dispersos abierto con The Resistance y surcado en The 2nd Law, del que, por cierto, no tocaron ayer ninguna canción. De cualquier manera, las nuevas composiciones no palidecen demasiado ante los temas clásicos como los que ofrecieron anoche: “Plug in baby”, “Hysteria”…
Seguro que cada seguidor de Muse haría una elección diferente a la hora de configurar el repertorio, pero en Kobeta Bellamy y los suyos dejaron ayer alguna sorpresa agradable como “Citizen Erased”, de su disco Origin of Symmetry o “Apocalypse Please”. En el otro lado de la balanza, el doloroso olvido de "Stockholm Syndrome", pero seguro que cuando “Knights of Cydonia” daba por concluido un concierto de hora y media, nadie pensaba en eso, sino en el prodigioso espectáculo musical que acaba de presenciar .
Muse ha colocado el listón muy alto. Artificios aparte, han demostrado que no tienen rival a la hora de facturar rock. Muse llena estadios, sí, juegan en esa liga junto a otros dinosaurios del rock y tiran confeti y balones hinchables gigantes, pero sobre todo Muse rockean, tocan como pocos, convencen y entretienen; ellos sí. Llenar estadios puede cualquiera.
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