Sociedad -
Divulgación científica
Bulos, negacionismo y ataques a personal científico
Tras la publicación de un estudio que afirma que el 51 % del personal investigador ha recibido ataques después de dar a conocer sus conocimientos, eitb.eus ha recogido las reflexiones de dos científicas y divulgadoras de UPV/EHU que trabajan en distintos ámbitos.
A. Aramendi Elduaien | EITB Media
Euskaraz irakurri: Gezurrak, negazionismoa eta zientzialariei erasoak
Cada vez se denuncia más la publicación de bulos o de teorías negacionistas en muchos ámbitos de la sociedad. Para combatir estos casos, es fundamental acudir a los expertos en cada materia, es decir, en muchos casos, a personal científico e investigador. Pero hay personas que se dedican a insultar o poner en tela de juicio sus conocimientos, ¿por qué?
Según el estudio "Experiencias del personal investigador en su relación con los medios de comunicación y redes sociales" realizado entre el Science Media Centre España (SMC) de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT) y el grupo de investigación Gureiker, de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el 51,05 % del personal científico ha sufrido ataques tras expresar sus opiniones y publicar sus argumentaciones.
Las científicas y los científicos reconocen haber recibido, principalmente, insultos (un 30,38 %), comentarios negativos sobre su capacidad profesional (28,69 %) o sobre la integridad profesional (17,72%); aunque también hay quien ha recibido comentarios sobre su físico, religión u orientación sexual.
Izortze Santín, doctora en Bioquímica que investiga las enfermedades autoinmunes en la UPV, afirma que ella vivió situaciones de este estilo a lo largo de la pandemia del Covid-19, cuando divulgó sus conocimientos y opiniones sobre las vacunas y el pasaporte Covid. A ella no le afectaron mucho los comentarios maliciosos que le hicieron, al igual que a la gran mayoría de científicos que han participado en el estudio (24,30 %). Sin embargo, en el 22,18 % de los casos, las personas han reconocido haber padecido ansiedad.
¿Y cómo se hace frente a estas situaciones? La mayoría (32,04 %) asegura que ha dejado de leer los comentarios recibidos. Pero hay un 16,55 % de los científicos que afirma haber dejado la divulgación tras estas malas experiencias vividas. Éste es uno de los datos más preocupantes para la directora científica de este estudio y miembro del grupo Gureiker, Maider Eizmendi. En su opinión, "como sociedad nos interesa que los científicos sigan divulgando", porque "son los que aportan evidencias; son una fuente importante para que la cultura científica vaya en aumento".
El género también marca una diferencia en este caso, ya que ellas reciben más ataques que ellos. El 57 % de mujeres denuncia haber sido atacada o cuestionada, frente al 46 % de los hombres. En este caso, además, cambian los patrones, porque, en el caso de las mujeres, los comentarios sobre su capacidad profesional aumentan. "Esto tiene que ver con los estereotipos de género sobre las mujeres científicas, no se les reconoce su papel como fuentes acreditadas", en palabras de Eizmendi.
El cambio climático y la Covid-19 han sido los dos temas más susceptibles de comentarios malintencionados y críticas para los científicos durante los últimos años. Y mayoritariamente, estos comentarios se realizan en las redes sociales, sobre todo en X (antigua Twitter).
La doctora en Ciencias Medioambientales e investigadora de UPV-EHU, Jone Bilbao, asegura haber tenido la suerte de no haber vivido experiencias negativas en su labor de divulgación, sin embargo, tiene muy claro que en ningún caso dejaría de divulgar, porque, en su opinión, "hay que luchar contra el desconocimiento", que además de los intereses que pueda haber, "es la gran causa de este tipo de críticas".
Sin embargo, y a pesar de las malas experiencias que han vivido más de la mitad de los científicos que han respondido al estudio de Gureiker, la gran mayoría de ellos (un 83,12 %) tiene una percepción positiva sobre su participación en los medios y valora, sobre todo, la posibilidad que tiene de hacer llegar su mensaje y la visibilidad que se da a sus investigaciones. De hecho, esa es una de las cosas que piden tanto Santín como Bilbao, ayuda para visibilizar y extender sus descubrimientos.