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La exabadesa del convento de Belorado se querella contra al arzobispo de Burgos por abuso de poder
Mario Iceta ha tomado este jueves el mando del convento. Sor Isabel lo acusa de abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación.
AGENCIAS | EITB MEDIA
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La exabadesa de la comunidad de clarisas de los monasterios de Belorado (Burgos) y Orduña (Bizkaia), que el pasado 13 de mayo anunciaron su salida de la Iglesia católica, ha denunciado al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación.
La denuncia fue interpuesta este miércoles en la comisaría de la Policía Nacional de Logroño, según ha informado José Ceacero, portavoz de las monjas clarisas y miembro de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, bajo cuya tutela se han puesto las religiosas, en una comparecencia pública a las puertas del monasterio de Belorado.
Ceacero ha indicado a los medios de comunicación que, con el nombramiento de Iceta como 'comisario pontificio' por parte de la Santa Sede, el arzobispo de Burgos ha cometido un abuso de poder y una usurpación de la representación legal que, ha insistido, le corresponde a la madre abadesa, sor Isabel, que es quien ha interpuesto la denuncia.
También ha asegurado que se ha cometido una violación del derecho fundamental de asociación y del principio de libre separación voluntaria, pues las religiosas "se separaron voluntariamente de una federación llamada Confesión Católicos" con el documento firmado por su representante legal, sor Isabel, el 13 de mayo.
Dicha separación se notificó vía burofax a Mario Iceta un día más tarde, por lo que, una vez ha habido una separación voluntaria, las hermanas "quedan fuera de su jurisdicción" y "ni Iceta, ni Roma ni nadie puede imponer el derecho canónico porque, en España, no puede estar por encima del derecho civil", ha insistido Ceacero.
Sobre la posibilidad de que las religiosas reciban al arzobispo o a algún intermediario, como es intención de Mario Iceta, para que expongan personalmente su voluntad, Ceacero ha aseverado que no están obligadas, aunque "por deferencia" podrían querer hablar con él, pero por lo que le han comentado "no piensan recibir ni a Iceta ni a ningún enviado".