Sociedad -
Declara este sábado
Los balcones para ver la llegada de Urdangarin, a 1.500 euros
Unos 60 medios de comunicación han acreditado a redactores, reporteros gráficos y técnicos para seguir la llegada y salida de los juzgados del marido de la infanta Cristina.
Redacción
Iñaki Urdangarin se enfrenta el sábado en Palma al amargo trago de ser el primer miembro de la familia real que responde ante la Justicia por presunta corrupción. Además, Urdangarín tendrá que atravesar un pasillo de flashes antes de encontrarse con el juez José Castro.
Hasta el momento, unos 60 medios de comunicación han acreditado a redactores, reporteros gráficos y técnicos para seguir la llegada y salida de los juzgados del marido de la infanta Cristina, que entrará por la puerta de atrás puesto que en sábado el edificio judicial sólo está abierto en funciones de guardia.
Hasta hoy, prevalece el criterio del juez instructor y del juez decano de la capital balear de que el duque reciba el mismo trato que cualquier otro imputado y camine 30 metros bajo la atenta observación de los cerca de 150 informadores que aguardarán en el recinto del aparcamiento judicial, pero los responsables del dispositivo de seguridad tendrán la última palabra. Se espera una presencia policial sin precedentes en una comparecencia judicial, aunque son pocos los detalles del operativo que han trascendido.
La calle Parellades, trasera del edificio de los juzgados, estará cortada al tráfico rodado y al paso de viandantes no acreditados, lo que mantendrá fuera de la "zona cero" a los jóvenes convocados a manifestarse por la asociación independentista Maulets, que no ha querido dejar pasar la ocasión de hacerse notar.
En esa calle, justo frente a la famosa cuesta, se levanta un edificio de viviendas con balcones que ofrecen una privilegiada perspectiva sobre el acceso a los juzgados, cinco miradores de los que tres estarán reservados el sábado para otras tantas cadenas de televisión que quieren ofrecer a sus espectadores todos los detalles del "purgatorio" de Urdangarin.
En los mentideros periodísticos mallorquines, en los que la comparecencia del duque de Palma ante el juez es el asunto central desde hace semanas, circulaban "tarifas" de entre 1.000 y 1.500 euros por el alquiler de un balcón, una recompensa inesperada para quienes tienen la fortuna de vivir junto al epicentro de la noticia del momento.