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Coronavirus
Mascarillas FFP2: ¿Cuándo utilizarlas, cuáles son sus ventajas y desventajas?
Alemania o Austria han establecido su uso obligatorio en comercios y transporte público. Explicamos cómo protegen estas mascarillas y cuál es su índice de respirabilidad, uno de sus contras.
Eider Garaikoetxea | EITB MEDIA
Euskaraz irakurri: FFP2 maskarak: Noiz erabili, zeintzuk dira abantailak eta desabantailak?
La pandemia de la covid-19 cumple en breve un año, y las mascarillas vuelven a situarse en el centro del debate, sobre todo ante el avance de variantes más contagiosas (como la británica y la sudafricana) y ante la incesante escalada en el número de positivos. Amplios sectores de la comunidad científica han recomendado el uso de las mascarillas FFP2 en interiores.
Precisamente, varios países europeos, como Austria y Alemania, han establecido su uso obligatorio en tiendas y transporte público. El Gobierno francés actualizó ayer su política sobre la venta de mascarillas y ha limitado el uso de mascarillas no sanitarias con una capacidad de filtrado de partículas menor al 90 %. Es decir, el Ejecutivo considera mascarillas protectoras las de uso quirúrgico o equivalentes y la FFP2 y FFP3 sin válvula.
En el Estado español, Sanidad sigue recomendando la mascarilla higiénica para la población sana y reserva las FFP2 para profesionales en contacto con el virus y colectivos vulnerables bajo prescripción médica. No obstante, varias comunidades autónomas, como Galicia, han avanzado que pedirán al gobierno de Sánchez "directrices claras" para obligar al uso de las mascarillas FFP2 en determinados contextos, como en el transporte público.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguró ayer que las mascarillas higiénicas que se venden en el Estado español cuentan con una protección de alrededor del 90 % y que, incluso, es mayor que las disponibles en otros países europeos.
¿Por qué protegen más?
Las mascarillas autofiltrantes de tipo FFP (hay tres niveles, según su eficacia de filtración bacteriana: FFP1, FFP2 y FFP3) son Equipos de Protección Individual (EPI) y deben cumplir la normativa UNE-EN 149. Por sus características, se venden en farmacias y establecimientos especializados y pueden usarse durante 6-8 horas. Desde enero de 2021, solo pueden comercializarse en el Estado español aquellas con marcado CE (las KN95, equivalentes a las FFP2 pero con nomenclatura china, por tanto, no pueden venderse).
Las FFP2 deben tener una eficacia de filtración de entre el 95 y el 98 % (se considera eficacia media), es decir, ante bacterias de tres o cuatro micras, deberían parar la inmensa mayoría de ellas. Crean una barrera entre un riesgo potencial y la persona usuaria, filtrando el aire inhalado y evitando la entrada de partículas contaminantes.
El problema es que los aerosoles del virus pueden medir desde las 0,3 micras a las tres micras. En espacios abiertos y ventilados, los aerosoles se dispersan y lo más probable es que, manteniendo la distancia, lo único que nos lleguen sean las partículas más grandes, de las que nos protegen la mayoría de las mascarillas.
En interiores, la situación cambia ya que los aerosoles se concentran. Por tanto, cuanta mayor eficacia filtradora tenga nuestra mascarilla más protegidos/as estaremos ante el virus.
Además, las FFP2 se suelen ajustar muy bien a la cara, y los aerosoles tienen más difícil atravesarla. No ocurre lo mismo con cubrebocas que no tan estancos o con aquellas mascarillas mal colocadas, ya que los aerosoles pueden "colarse" por los laterales o las rendijas.
Las mascarillas FFP2 suelen ser más caras que el resto. Foto: EFE
Respirabilidad, uno de los "pero"s
Además del índice de protección, las mascarillas homologadas deben cumplir otro requisito: medir su respirabilidad. Este índice es un indicador de comodidad de uso, y se mide como presión diferencial. Es decir, se refiere a la fuerza que tenemos que hacer para que el aire de fuera nos llegue. Cuanto más fuerza, más alto es el índice, o dicho de otra forma, cuanto más fácil sea respirar con la mascarilla, más bajo será ese índice.
En general, todas las mascarillas tienen que tener un índice inferior a 60 Pa/cm2. En las quirúrgicas debe ser inferior al 29,4 Pa/cm2 y en las higiénicas puede llegar hasta el 60 Pa/cm2. Las FFP2 suelen tener un índice de respirabilidad alto, por lo que cuesta más respirar con ellas.
Otra de las desventajas es el precio, frente a los 0,72 euros que pueden costar las quirúrgicas o los 0,40 de las higiénicas desechables, las FFP2 pueden costar desde 1,30 euros hasta 4.
Por último, cabe señalar que hacer su uso obligatorio para toda la población podría conllevar problemas de producción. Un posible desabastecimiento podría acarrear que colectivos sanitarios que realmente las necesiten puedan quedarse sin ellas.