Sociedad -
POBREZA
"La pandemia se ha cebado con las personas de bajos recursos, la mayoría mujeres"
Las personas con pocos recursos son las que más están sufriendo los efectos de la pandemia. Cáritas Gipuzkoa ha constatado un incremento del 15-20% en el número de demandas de emergencia recibidas.
Idoia Alberdi Etxaniz | EITB.EUS
Euskaraz irakurri: "Gutxien dutenak kolpatu ditu bortitzen pandemiak, gehienbat emakumeak"
La pandemia provocada por la COVID-19, cuyos contagios se han disparado en Hego Euskal Herria esta última semana, ha agravado, aún más si cabe, la desigualdad y la pobreza en todos los rincones del mundo siendo la más afectada la población más vulnerable. El impacto de los meses de confinamiento ha sido desigual para la población, y las organizaciones no gubernamentales prevén que esa desigualdad será aún más evidente en los próximos meses. Por ello, exigen urgentemente ayudas y políticas contra la pobreza.
Hoy, Día Internacional para la Erredicación de la Pobreza, miles de personas saldrán a la calle en todo el mundo para reclamar medidas estructurales ante las dificultades que está suponiendo el impacto de la COVID-19 y "poner fin a la pobreza en todas sus formas y en todo el mundo". En Vitoria-Gasteiz, diferentes colectivos religiosos han convocado una concentración en la plaza del Machete donde encenderán una vela y representarán "la esperanza de un mundo más justo".
Desde el inicio de la emergencia sanitaria y la declaración del estado de alarma el pasado mes de marzo, la asociación Cáritas Gipuzkoa ha constatado "un incremento del 15-20% en el número de demandas de emergencia recibidas" en sus sedes, "una cifra que podría ser exportable al resto de los territorios vascos", según ha confirmado Jose Emilio Lafuente secretario general de Cáritas Gipuzkoa. "Tras la crisis económica del 2008, en los últimos cinco años habíamos observado que el número de personas que acudía a nuestra asociación iba descendiendo, lo cual era muy positivo, la recuperación se estaba notando. Ahora, la situación vuelve a ser muy preocupante desde marzo, y aunque parece que en verano la curva se ha estabilizado, prevemos que los meses venideros serán muy duros", ha destacado.
A pesar de que aún no pueden medir con precisión el alcance de la pandemia, Lafuente afirma que el contexto coyuntural "viene a intensificar las realidades de exclusión” y "las dificultades de acceso a las ayudas de protección social de la administración".
Mujeres con rentas bajas, el colectivo más golpeado
Al igual que todas las crisis, la provocada por el coronavirus también se está cebando de manera especial con los hogares más desfavorecidos, fundamentalmente, "con las familias conformadas por una mujer, en la mayoría de los casos inmigrante, sola al cargo de sus hijas e hijos y que trabaja en el sector doméstico o de la hostelería". Las que menos ganan, y en consecuencia las que menos capacidad de ahorro tienen, se han encontrado con una crisis sin precedentes. En muchos casos, además, "son personas que se encuentran administrativamente de forma irregular" por lo que no tienen acceso al sistema de protección social que ofrecen las instituciones.
Asimismo, otro de los colectivos más afectados por esta pandemia es el de las personas sin hogar. "No sólo no carecen de recursos económicos, sino que carecen de un techo, y en la mayoría de los casos tienen problemas de salud", por lo que, desde "el primer día del confinamiento", Cáritas hizo "un esfuerzo para redoblar los recursos hacia estas personas".
La pandemia, sin embargo, ha sumado a estos dos colectivos a "familias de aquí que se han visto en situaciones muy complicadas, que no tienen posibilidades de ahorro, han perdido sus ingresos y no han visto otra salida que acercase a nosotros".
La soledad en la pandemia
La COVID-19 también ha venido a agravar un problema que ya afectaba a millones de personas y preocupaba a organizaciones como Cáritas: la soledad, una de las mayores amenazas al bienestar y la salud pública.
A raíz de la pandemia la población ha tenido que adaptarse de un día para otro a las medidas adoptadas para ayudar a contener su propagación, y el confinamiento fue una situación que agravó la situación de miles y miles de personas que viven solas y necesitan ayuda. Pero también es un hecho que "las desgracias colectivas sacan lo mejor de las personas", y es ahí donde el secretario de Cáritas Gipuzkoa ve "la parte positiva de esta pandemia, la respuesta de la sociedad para crear redes de apoyo y solidaridad".
Y justo en el otro extremo, se encuentra "el aspecto negativo más evidente que ha dejado la pandemia: la vulneravilidad humana". Es por ello, que Cáritas Gipuzkoa, al igual que toda la organización, seguirá trabajando para "garantizar una vida digna a toda aquella persona que llame a nuestra puerta". "La base de nuestra acción es la acogida y el acompañamiento a las personas vulnerables y excluidas", ha concluido Lafuente.
La entidad diocesana apuesta por "el derecho a la alimentación, alineada con una política estructural y coordinada que facilite el cambio de estructuras".