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CORONAVIRUS
Navarra estudiará la presencia de COVID-19 en aguas residuales de depuradoras
La investigación pretende avanzar en estudios que demuestran que el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se excreta en heces de personas tanto diagnosticadas como asintomáticas.
AGENCIAS | REDACCIÓN
Euskaraz irakurri: Nafarroak COVID-19aren presentzia aztertuko du araztegietako hondakin-uretan
Navarra va estudiar a partir de la próxima semana la presencia de COVID-19 en las aguas residuales que llegan a sus depuradoras para así tratar de contribuir a la detección temprana del virus y ayudar en las estrategias de salud pública para implementar posibles medidas de prevención.
La investigación, en colaboración con el CSIC, pretende avanzar en estudios que demuestran que el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se excreta en heces de personas tanto diagnosticadas como asintomáticas, así como que su material genético se ha detectado en muestras de aguas residuales en diversos países, por lo que una detección rápida es crucial para alertar de su presencia en una zona.
En el mejor de los casos, el proyecto podría derivar en la creación de un sistema de alerta temprana donde se detectarían indicios de presencia de COVID-19, o de posibles futuros virus presentes en las aguas residuales, en conjuntos de población, pudiendo actuar rápidamente sobre la zona para el aislamiento de los casos positivos, lo que evitaría contagios e incluso nuevas recaídas.
En la Comunidad Foral se analizarán trece muestras semanales durante cuatro semanas de depuradoras que han sido seleccionadas en función de los tratamientos de depuración y de la incidencia que ha tenido el virus en la zona. Se trata de las de Pamplona, Tudela, Tafalla, Estella y Artajona.
Otro punto de gran interés en el que se trabajará es el colector del Hospital Reina Sofía de Tudela, ya que recoge el caudal del centro sanitario en un único colector diferenciado.
Los detalles del proyecto que lleva por título "Estudio de la prevalencia y concentración del RNA del SARS-CoV-2 en aguas residuales" han sido expuestos en rueda de prensa por el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mª Rodríguez, y los gerentes de las empresas públicas NASERTIC y NILSA, Iñaki Pinillos y Fernando Mendoza.
En su comparecencia todos ellos han querido lanzar un mensaje de tranquilidad en el sentido de que se está hablando de restos en aguas residuales. En este sentido Mendoza ha remarcado que "las investigaciones y análisis llevados a cabo determinan que no hay material genético de coronavirus tras el tratamiento de depuración, por lo que el agua depurada se devuelve al río sin ningún riesgo".
El lunes comienza la primera fase del estudio, con un coste inicial de 9.000 euros financiados por NILSA y una duración de tres meses, ya que incluye orientación posterior al trabajo de campo realizado durante las primeras semanas y la elaboración de informes finales de los trabajos realizados.
En las últimas semanas, según Mendoza, se ha demostrado que las aguas residuales pueden "ser un espejo en el que se reflejan trazas, indicios de COVID-19" y que a través del agua residual que llega a la depuradora con material genético del virus se puede saber si en una zona existen ciudadanos afectados.
Eso permitiría "hablar de una red de alerta temprana que detecte casos incluso antes de haber sido diagnosticados por otros métodos, incluyendo los casos asintomáticos", ha indicado, a lo que ha añadido que, "si bien la identificación individual de los contagiados es improbable" por este sistema, la advertencia del riesgo es "un avance".