Sociedad -
Entrevista
"Esta situación nos ayuda a poner en duda los valores hasta ahora establecidos"
Hemos hablado con el psicólogo Juan Carlos Alonso sobre los cambios que provoca el confinamiento y las consecuencias que puede tener en el futuro.
Manu Giménez | eitb.eus
Euskaraz irakurri: "Egoera honek orain arteko baloreak zalantzan jartzen laguntzen digu"
Desde que el pasado 14 de marzo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, decretara el confinamiento por la crisis del coronavirus, el escenario ha sufrido importantes cambios: suspensión de las clases presenciales, cierre de empresas, reapertura de la industria …
Las costumbres de los ciudadanos han cambiado completamente, y es probable que esta situación vaya para largo, y que no salgamos de esta situación igual que cuando entramos.
Para hablar de estas cuestiones hemos acudido al psicólogo y educador Juan Carlos Alonso, quien nos ha dado importantes pistas sobre los cambios que podemos vivir.
¿Cuáles son, en tu opinión, los principales problemas psicológicos que padecemos los ciudadanos?
Vivimos una situación sin precedentes, y como es normal, se están originando algunos problemas psicológicos en adultos y niños por una serie de factores. Entre los que hacen surgir estos problemas pueden estar la crisis económica, la propia enfermedad, la muerte… Yo diferenciaría dos tipos de factores: el estado de alarma y el confinamiento, por un lado; y la incertidumbre sobre el futuro (trabajo y economía, salud, relaciones sociales, etc), por otro.
También habrá que tener en cuenta la situación personal de cada uno cuando comenzó el confinamiento, a mediados de marzo.
Además de las características derivadas de la propia situación, hay factores psico-emocionales que hay que tener en cuenta, entre los que están las características psicológicas de las personas, las relaciones y dinámicas en las relaciones familiares, dificultades económicas, condiciones físicas de la vivienda… A consecuencia de todo ello, empiezan a prevalecer síntomas de ansiedad, estrés y depresión, y también pueden multiplicarse los conflictos familiares o de pareja.
¿Existe algún problema o perjuicio que pueda estar directamente conectado con el confinamiento y que normalmente en otras situaciones no se produzca?
El confinamiento puede producir el llamado 'Síndrome de la cabaña'. Puede aparecer cuando una persona permanece aislada durante un largo periodo, cuando se alarga el aislamiento social. Los síntomas de ese síndrome son las crisis nerviosas, depresiones agudas, pensamientos irracionales, irritabilidad, falta de autocontrol y miedo, entre otros, y puede provocar miedo a salir a la calle.
La convivencia es muy intensa, supongo que habrá cambios en las relaciones afectivas de las personas.
En general no estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo encerrados en casa. Cuanto más se alargue esta situación, cada vez hay más probabilidades de que se produzcan más problemas familiares por numerosos factores: el reparto de tareas, el teletrabajo… Se hace largo, y hay más posibilidades de que haya choques. La prolongación del confinamiento puede causar cansancio psicológico, aumentando la irritabilidad, y antes de que ello afecte a las relaciones, hay que aceptarlo, tomarse un tiempo, y si se puede, buscar un distanciamiento espacial (meterse en la habitación) para tomar un poco de aire y tranquilizarse.
Pero, no todo será malo.
El confinamiento puede tener su lado bueno. Hasta ahora nos quejábamos de que no teníamos tiempo de estar con nuestras parejas, nuestros hijos o amigos. Ahora, en cambio, estando todos en casa, tenemos esa oportunidad en nuestras manos. Aprovechémosla para estar juntos este tiempo, para reforzar y profundizar en las relaciones.
Además, las nuevas tecnologías han facilitado mucho mantener la relación con las personas con las que no convivimos. ¿No es así?
Ahora es cuando más en evidencia han quedado los beneficios de las nuevas tecnologías. Aunque para crear, mantener y profundizar en las relaciones afectivas sea necesaria la comunicación no verbal, las nuevas tecnologías han compensado ese vacío. Las nuevas tecnologías han posibilitado las relaciones y comunicaciones entre las personas, no hay más que ver cómo ha subido el uso de redes sociales e Internet (Whatsapp, videoconferencias…). Estamos incluso compartiendo el ocio, el humor o "telepintxopotes", y eso nos ayuda a prevenir las consecuencias negativas psicoemocionales.
Pero, por otro lado, también hay que recordar el lado más negativo de las nuevas tecnologías, que son la adicción y dependencia. No son pocos los niños, adolescentes o adultos que muestran un uso excesivo de las nuevas tecnologías (videojuegos o consumo de vídeo o series).
Entonces, está claro que estar encerrados en casa tiene muchas consecuencias para nosotros, pero cuando esto termine o hasta que termine ¿cómo está cambiando la sociedad y cómo cambiará cuando todo termine?
Tenemos que ver las crisis como oportunidades. Son oportunidades para hacer cambios en nuestras vidas. Las crisis sirven para transformar a las personas, para renovar y mejorar. Ahora, tenemos esa oportunidad en nuestras manos. La situación en la que vivimos nos enseña lo débiles que podemos llegar a ser. Seguro que el que pensaba que el ser humano ere todopoderoso ya no piense lo mismo.
Lo que estamos escuchando, viendo y viviendo nos da la oportunidad de poner en duda nuestros valores. Entre otras cosas, nos damos cuenta de la importancia que tiene la salud, que estén bien las personas que queremos, cuidarlas, abrazarlas… La importancia que tienen algunos oficios (el sector de la salud, los servicios, limpiadoras, educadores…).
También tenemos más conciencia del cuidado de la naturaleza y de la importancia de reducir la contaminación. Pero también del valor que tiene ayudar al que lo necesita sin pedir nada a cambio, hablar con los vecinos y aplaudir todos juntos. A partir de ahora tenemos una posibilidad sin igual de poner en práctica y aplicar esos valores en el día a día. ¡Así sea!