Sociedad -
8 DE MARZO
Espacios con un único fin: el empoderamiento de la mujer
Son cada vez más, y su función es articular a todos aquellos colectivos y asociaciones que luchan por erradicar la desigualdad. eitb.eus ha entrado en algunas de esas casas.
IDOIA ALBERDI ETXANIZ | EITB.EUS
Euskaraz irakurri: Adreilu morez eraikitako etxeak
Mujeres de toda Euskal Herria están llamadas a participar este viernes en la huelga feminista del 8M. Al igual que en la histórica protesta del pasado año, será una movilización por el empoderamiento individual y colectivo de las mujeres, y servirá para medir la dimensión y la capacidad de activación del movimiento feminista vasco que en su primera huelga superó todas las expectativas.
Los colectivos que preparan las movilizaciones, sin embargo, van más allá, y el viernes tomarán las calles con la finalidad de dar un salto cualitativo: al margen de cifras y manifestaciones multitudinarias, exigirán a instituciones y empresas medidas urgentes para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, y cambiar el actual modelo socioeconómico.
Una reivindicación que viene a ser el pilar de las casas y escuelas de empoderamiento que se han puesto en marcha estos últimos años en toda Euskal Herria. Son cada vez más, y su función no es otra que articular a todos aquellos colectivos y asociaciones que luchan por erradicar la desigualdad, y construir lugares de encuentro para generar fortalezas y sinergias.
Son espacios diseñados y pensados por mujeres desde una mirada feminista. Casas con identidad propia, que en la mayoría de los casos cuentan con apoyo institucional, y son fruto de procesos participativos.
Andere Nahia, Andragune, Andretxe, Marienea, Casa de Mujeres de San Sebastián o Laia Eskola son algunos de los centros de empoderamiento que ya están haciendo historia.
Participación activa en el mundo laboral
El proyecto Andere Nahia, creado hace 18 años en Ezpeleta, es pionero en el camino hacia el empoderamiento individual y colectivo de la mujer. Nació para ayudar a las mujeres a sumergirse en el mundo laboral, y su actividad se centra también en asesorar y acompañar a mujeres que desean crear una empresa. Han conseguido ser un activo importante en el tejido económico de Ipar Euskal Herria.
Celine Arrosagaray, una de las activistas que forma parte del equipo de trabajo de Andere Nahia, destaca que la asociación fue creada "por y para las mujeres" en un contexto donde el mundo laboral era muy masculino. "La asociación fue creada por cinco mujeres que se conocieron en un curso de formación para emprendedoras. Decidieron seguir profundizando y crearon Andere Nahia para ayudar a las mujeres en el ámbito del trabajo", ha añadido.
Andere Nahia, en 2018, en unas jornadas organizadas en Bearne. Foto: Evelyne Casemajor
El pasado año, Andere Nahia trasladó su sede al centro coworking Habia de Itsasu, y desde allí, una red compuesta por cerca de 130 mujeres ofrece herramientas para poner en marcha proyectos empresariales de diferentes características.
Acompañan a las mujeres emprendedoras durante todo el camino: desarrollan ideas, crean espacios propios, ofrecen ayuda para adquirir infraestructuras y "recorren el camino todas juntas compartiendo experiencias vividas en primera persona".
El acompañamiento que ofrece Andere Nahia va más allá de la puesta en marcha de proyectos empresariales: "somos mujeres, emprendedoras, solidarias, que compartimos nuestra experiencia y competencias, que trabajamos en favor de la igualdad entre hombres y mujeres, por la independencia financiera de las mujeres, para que las mujeres tengamos un sitio más justo en el mundo económico y para abrir nuestra asociación a otros grupos de mujeres".
A pesar de su función económica y social, el apoyo económico que reciben es simbólico, pero gracias a aportaciones de diferentes asociaciones y entidades es a día de hoy un colectivo que mira al futuro con ambición.
Gestión compartida
Aunque comparten los objetivos de la asociación labortana, las trayectorias de los centros de empoderamiento como la Casa de las Mujeres de San Sebastián y Laia Eskola de Álava son diferentes desde su origen.
La Casa de las Mujeres de la capital guipuzcoana ha sido una demanda histórica de numerosos movimientos feministas y colectivos de mujeres de la ciudad. En aras de conseguir un proyecto compartido y consensuado, se abrió un proceso de debate entre colectivos feministas, diferentes asociaciones de mujeres e instituciones, y tras años de diálogo, el centro se inauguró en noviembre de 2010.
Técnicas de Igualdad que trabajan en el centro explican que la casa de las mujeres se sustenta en "un modelo pionero de gestión basado en la participación y la corresponsabilidad de las mujeres y asociaciones que la habitan". "La asociación Casa de las Mujeres nace como instrumento jurídico para dar voz a esa diversidad de mujeres que quieren cogestionar el espacio junto con la administración", añaden.
La asociación de la Casa de las Mujeres, con más de 450 socias, es un medio que permite aglutinar a todas las asociaciones feministas y de mujeres de Donostialdea, junto con muchas otras mujeres que participan a título personal.
Otro modelo de gestión es el de Laia Eskola, la escuela para la igualdad y el empoderamiento de las mujeres de Álava que fue creada en 2016 por la Diputación Foral alavesa. Una amplia red de técnicos y técnicas de igualdad se encargan de desarrollar procesos de empoderamiento en todo el territorio.
Arantxa Cañamares, una de las técnicas responsables que trabaja en la elaboración de planes de igualdad, asegura que Laia Eskola "es un espacio participativo, abierto y sobre todo igualitario" cuyo objetivo es "fomentar procesos de empoderamiento de las mujeres, a través de herramientas y dinámicas que fortalezcan su participación socio-política, a la vez que se trabaja de forma general con mujeres y hombres a favor de la igualdad".
En 2018 desarrollaron un total de 360 proyectos, a los que se sumaron más de 7000 mujeres, en diferentes concejos y pueblos alaveses. "Esta iniciativa es posible gracias al compromiso e implicación de cuadrillas y entidades locales, de las entidades sociales, el movimiento feminista, los colectivos y asociaciones de mujeres, y aspira a sumar todos aquellos otros agentes que quieran implicarse en la escuela", según sus responsables.
Demanda histórica
La creación de una Casa de Mujeres es también una de las principales demandas del movimiento feminista de Pamplona desde hace décadas. Tras años de lucha, el centro de empoderamiento pamplonés verá la luz en primavera.
El proyecto de creación de la Casa de las Mujeres estaba en el acuerdo programático que firmaron los cuatro partidos del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Pamplona, y la iniciativa también ha sido uno de los puntos clave en la agenda de muchos de los colectivos de mujeres que han participado en el proceso desde su inicio.
El espacio se ubicará en el antiguo conservatorio Pablo Sarasate. Foto: Wikipedia
En el proceso participativo de diseño del espacio, que se realizó entre abril y junio del 2018, han participado más de 70 mujeres de 26 asociaciones junto a técnicas del Ayuntamiento de Pamplona.
Ana Díez de Ure Eraul coordinadora de Igualdad y LGTBI del consistorio asegura que es un centro que nace "para construir entre todas una alternativa feminista, interseccional e intergeneracional".
Entre los principales objetivos, Díez de Ure Eraul destaca la importancia de "dotar a las asociaciones de mujeres y colectivos feministas de un espacio donde llevar a cabo sus actuaciones y actividades para lograr el empoderamiento individual y colectivo de las mujeres de la ciudad". Asimismo, subraya que este nuevo espacio ofrecerá "mecanismos de participación y canales de comunicación que permitan el dialogo entre las asociaciones de mujeres y la administración para impulsar el cambio de valores sociocultural y político en Pamplona".
La Casa de Mujeres, que se ubicará en el antiguo conservatorio Pablo Sarasate, estará dirigida a "todas las mujeres de la ciudad sin ninguna distinción, a todas las que acudan y quieran trabajar a favor de la igualdad y el feminismo".