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Reportaje

Hablan las trabajadoras del hogar

Mujer, extranjera, con una jornada semanal por encima de las 60 horas, sin descanso diario y un sueldo inferior a los 1.000 euros. Este es el retrato de las empleadas internas del hogar en Bizkaia.

Esclavas del hogar

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Maider. Beistegi/ A. Sánchez EITB.EUS

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El 78,85 % de las empleadas internas en Bizkaia trabaja muy por encima del número de horas máximas previstas en la ley del empleo, y casi un 18 % realiza hasta 90 horas a la semana, una media de 11-14 horas al día. La mayoría (85 %) de estas empleadas no cobra el salario mínimo que le corresponde. El sector del servicio doméstico se sigue caracterizando por las precarias condiciones laborales, que rozan, en algunos casos la explotación. Los datos muestran una vez más los abusos e irregularidades de un trabajo que en Euskadi desempeñan cerca de 90.000 personas en unos 106.000 hogares.

La situación de las trabajadoras internas es especialmente alarmante: 8 de cada diez trabaja más de 60 horas semanales, un tercio no tiene ni una hora libre entre semana y solamente un 23,56 % disfruta de las 36 horas semanales continuadas de descanso a que tienen derecho por ley. Son datos recogidos por la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia, que realiza sus propias estadísticas con los datos de los trabajadores que acuden a sus asesorías legales.

En 2015 acudieron a ellas 475 trabajadoras, un 59,2 % externas y el restante 40,8 % internas. Ocho de cada diez internas eran extranjeras y, el 17,57 % no tenía papeles. Tan solo el 3,84 % de las trabajadoras internas eran naturales de Bizkaia.

Como viene siendo habitual, los datos confirman que el empleo del hogar resuelve las necesidades de cuidado a personas mayores o en situación de dependencia por edad avanzada, diversidad funcional o enfermedad. Y es que nueve de cada diez ( 90,87 %) trabajadoras ha sido contratada para cuidar, en su mayoría (97,14 %) a personas ancianas. Además, ocho de cada diez internas que cuidaba a mayores en 2015, vivía sola con la persona que atendía. En la atención a personas mayores, el 54,90 % de las ancianas y el 37,74 % de las personas enfermas vivían solas.

Alta en la Seguridad Social

Según apuntan los datos de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia, el año pasado creció el porcentaje de trabajadoras dadas de alta en la Seguridad Social, tanto en el trabajo interno como externo. Prácticamente todas las trabajadoras internas en situación administrativa regular (el 13,94 % de las internas no tenía papeles) tenía Seguridad Social. En el trabajo externo, el 70,53 % estaban dadas de alta, lo que supone un incremento de casi 8 puntos respecto al año 2014.

Esclavitud

Un 13,94 % de las empleadas del hogar internas no tenían una situación administrativa regular, situación que hace que sea el grupo más vulnerable a los abusos. Según apuntan desde la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Bizkaia en Bilbao, "la Ley de Extranjería les obliga a conseguir una oferta de trabajo para poder regularizar la situación, lo que algunas familias aprovechan para imponer condiciones abusivas. A veces, llegado el momento de ofertar el contrato, no se cumple la promesa de contribuir a la regularización y no existe ningún mecanismo para penalizar esta conducta".

Carolina e Isabel

Carolina e Isabel son dos empleadas extranjeras del hogar que se dedican al cuidado y que se han sentado con el Foco de ETB para dar cuenta de su día a día como trabajadoras del hogar. Carolina trabaja de lunes a lunes, sin descanso, cuidando una persona de avanzada edad. "Hago los quehaceres de la casa: lavar, cocinar, planchar, y atenderlo a él, vestirlo, bañarlo..Duermo allí todas las noches, salvo algún festivo". Carolina está dada de alta en la Seguridad Social, pero tan sólo cobra 650 euros por 7 días de trabajo a la semana. "Es un trabajo muy duro y muy mal pagado. Me pagan una nómina, pero pone 40 horas, y trabajo muchas más".

Isabel es trabajadora externa, pero dice que muchas veces "se ha sentido una esclava porque tenemos muy pocos derechos y muchas obligaciones". Alguna vez, dice, ha llegado a cobrar 5,75 euros la hora por la noche. "Malvivimos con ese sueldo, sobrevivimos porque tenemos que pagar la habitación, comer, vestirnos..” Según Isabel, “siempre te sientes minusvalorada porque estás ahí para servir".

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