Sociedad -
TRANSEXUALIDAD INFANTIL
'Ama, yo no soy una niña; yo soy un niño'
Con tal solo cuatro años Amets, un niño vizcaíno de 6 años, hizo valer su identidad, y expresó a su madre, sin ningún atisbo de duda, cómo se sentía; como un niño.
Maider Beistegi (Bilbo) | EITB.EUS
Son niños y niñas que desde que conquistan el lenguaje, a partir de los dos años, expresan su sexo que no coincide con el que se le asignó al nacer en atención a sus genitales y sorprenden a sus familias por la firmeza y claridad con que defienden su identidad. Según los resultados de investigaciones sobre la prevalencia de la transexualidad que Chrysallis Euskal Herria ha extrapolado, en Navarra y la CAV podría haber hasta 400 menores en situación de transexualidad.
"Ama, ¿tú de pequeña también querías ser un niño? Yo no, pero algunas de mis amigas sí, pero se les pasó con el tiempo". "Ama, tú ya sabes que a mí no se me va a pasar, ¿verdad?" Con tal solo cuatro años Amets, un niño vizcaíno de 6 años, hizo valer su identidad, y expresó a su madre, sin ningún atisbo de duda, cómo se sentía; como un niño.
"Cuando tenía dos años y medio hice una fotografía a su habitación y me di cuenta de que todos sus juguetes eran los que socialmente están vistos como de niño. Cuando empezó a hablar, empezó a utilizar el castellano para referirse a sí mismo en masculino. Nosotros le corregíamos y le decíamos que ella era una chica, una chica a la que le gustaban las cosas de chicos. Le decíamos que los niños tienen pene, y que ella no podía ser un niño porque no tenía pene. Tiene dos hermanos mayores, y pensábamos que quería imitarles", relata la madre de Amets, Maitena.
En la mayoría de los casos, los padres de los menores en situación de transexualidad que les acompañan en el tránsito dicen que sus hijos e hijas expresaron su identidad sexual tan pronto como empezaron a hablar.
Según los expertos, a pesar de su importancia, la mayoría de la gente nunca piensa demasiado acerca de la identidad sexual. No tienen idea de qué es lo que causa la sensación de ser niño o niña, hombre o mujer. "La identidad sexual, y la identidad en general, no se encuentra entre las piernas, sino en el cerebro. Lo que ocurre es que en la mayoría de los casos los que se sienten hombres tienen pene y quienes que se sienten mujer vulva. Aunque todavía falta concreción, hoy sabemos que esto no es así en un caso de cada 1.000. Según diversos estudios sobre la prevalencia de la transexualidad, de cada 1.000 niños uno es un niño con vulva, y de cada 1.000 niñas una es una niña con pene. En el caso de las personas transexuales, pueden tener una identidad sexual en femenino, es decir ser niñas con pene, o niños con vulva", explica Aingeru Mayor, sexólogo y presidente de Chrysallis Euskal Herria, asociación de familias con menores en situación de transexualidad.
Basta ver el "sexo genital" a la hora del nacimiento y no hay más que hablar. Sin embargo, las cosas no son tan simples. "Hacia los dos años el niño comienza en la conquista del lenguaje y el pensamiento simbólico. Es entonces cuando comienzan a expresar su sexo. Al igual que diferencian entre personas y perros, comienzan a distinguir entre niñas y niños", dice Mayor.
('Tomboy' es una película francesa de 2011, de la directora Céline Sciamma)
Aprender a escuchar
El ambiente familiar es vital para que el niño exprese su sexo sentido: "Si el menor percibe un entorno favorable lo expresará antes, y si no tenderá a esconderlos. La transexualidad no es una enfermedad, no se puede diagnosticar, la clave es escuchar", advierte Mayor.
Chrysallis Euskal Herria trabaja para dar a conocer esta realidad y orientar a los padres que a menudo desconocen lo que les sucede a sus hijos. "Al desconocer qué es la transexualidad el mensaje que se le traslada al menor es que no puede ser lo que realmente es, por lo que tiene entre las piernas. Ante este mensaje seguramente la reflexión del niño o niña es que no quiere tener lo que tiene para poder ser lo que realmente es".
Los menores que no cuentan con el respaldo de sus progenitores, pueden tener ""grandes problemas" con la gestión de sus genitales, situación que puede llevar a un niño por ejemplo a intentar automutilarse los genitales, apunta Mayor.
Maitena puso a Amets su último vestido con tres años y medio. "El momento de vestirse era un batalla constante. Nunca quería ponerse la ropa que le habíamos preparado. En nuestro caso, el cambio ha sido progresivo. Cuando una niña con pene hace el tránsito y va vestida con vestidos a la ikastola suele acarrear más preguntas. En nuestro caso empezó a ir en chándal, con el pelo más corto....y la gente no le dio muchas vueltas".
Amets ha sido arropado en su entorno familiar y en la ikastola desde el principio. Sin embargo, y a pesar de las buenas palabras Maitena lamenta el gran desconocimiento sobre el tema: "Me han solido decir que ‘si él quiere...’, como si fuera cuestión de voluntad. Si fuera una cuestión de querer, quien querría escoger el camino más complicado?"
Maitena mantuvo contacto con varios adultos transexuales para conocer sus vivencias. "Les hacía dos preguntas: 'desde cuándo los sabes y cómo ha sido tu niñez'. Todos me respondían que desde siempre y que sus infancias fueron terribles. Yo no quería eso para mi hijo".
(Traíler de 'Ma vie en rose', película franco-belga-británica dirigida por Alain Berliner)
Duelo
"Duelo". Es el término que emplea Maitena para explicar el proceso de despedida de su hija para dar la bienvenida a su hijo Amets. Y, es que Maitena no pudo seguir mirando a otro lado cuando Amets se los expresó claramente a los cinco años: "Porqué he nacido yo en este cuerpo si yo soy un niño?", le preguntó entre llantos. "Yo le respondía que nosotros ya sabíamos que era un niño y que no importaba lo que dijeran los demás. Pero me respondió que sí importaba lo que dijeran los demás, porque los demás no veían que él era un niño". Al día siguiente fuimos a comprar ropa, y al de poco juntamos a la familia para comunicarlo.
Chrysallis
Los expertos apuntan que en los últimos años se está dando un fenómeno nuevo; padres y madres que están escuchando a sus hijos, les están acompañando y están instando a los profesionales que se pongan a trabajar para hacer más fácil el día a día de los menores transexuales.
Según los resultados de investigaciones sobre la prevalencia de la transexualidad que Chrysallis Euskal Herria ha extrapolado, en Navarra y la CAV podría haber hasta 400 menores en situación de transexualidad. Algunos de ellos se han unido en la asociación de familias con menores en situación de transexualidad Chrysallis Euskal Herria. La vecina de Asteasu Abi Labaien es coordinadora de la asociación que se creó en marzo con 8 familias, y que a los pocos meses reúne a una veintena de familias.
(Chrysallis Euskal Herria, Asociación de Familias de Menores Transexuales, asociación que agrupa a familias de Álava, Gipuzkoa, Navarra y Bizkaia)
La asociación sirve de bálsamo y acompañamiento a estas familias en un proceso largo y complejo, además de trabajar en Educación, Sanidad y Justicia, para que todos los ámbitos de cotidianidad se adecúen a la realidad de los menores transexuales.
Según Abi Labaien, el trabajo más importante se tiene que hacer en el ámbito de la Educación: "Si queremos que cambie la sociedad, es necesario cambiar el enfoque", señala. Chrysallis trabaja ahora en colaboración con los centros vascos en los que hay niños en situación de transexualidad, y aunque la respuesta es positiva, lamenta la falta de conocimiento. "El Gobierno Vasco dispone también de un servicio para formar al profesorado, Berdindu Eskolak. Nosotros solicitamos mayor implicación; consideramos que se tiene que formar toda la comunidad educativa".
Protocolos en las escuelas
Los padres de menores transexuales ultiman junto con el Gobierno Vasco la elaboración de un protocolo para las escuelas en las que se establecen normas de actuación para los casos de menores en esta situación. Aingeru Mayor apunta que son muchas las líneas de actuación: "A día de hoy no está garantizada la intervención pedagógica con el resto de alumnos y habría que revisar el material escolar, para ahondar en la diversidad y el respeto". Respetar la propia identidad, garantizarle el acceso a los aseos y vestuarios que correspondan o adecuar la documentación administrativa al nombre con que se reconozca el alumno o la alumna, son medidas demandadas por las familias.
Salud
Los pediatras son el primer profesional al que las familias acuden, por lo que actualmente se trabaja también en una guía de atención a los menores transexuales que estará a disposición de los médicos de atención primaria en los centros de salud.
Osakidetza cuenta con la Unidad de Género que se encuentra dentro del servicio de psiquiatría. Tanto Aingeru como Abi apuntan que esto "es doloroso" para las familias. "Esperamos que cuando esta guía salga a la luz la Unidad de Género salga de psiquiatría, puesto que la transexualidad no es un trastorno mental".
('Vestido nuevo', del catalán Sergi Pérez)
Bloqueadores
La pubertad es un momento incómodo para casi todos, pero para los adolescentes transexuales es especialmente duro. "Los niños transexuales de 10, 11,12 años no suelen querer desarrollar los caracteres secundarios del otro sexo", explica Mayor. Los bloqueadores, que son reversibles, se utilizan para evitar el desarrollo sexual en el sentido que no se desea. Sirven para frenar el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como que les cambien la voz o les salga barba, y se puede utilizar en la pubertad si lo desea el menor y los padres lo consienten. Osakidetza permite ya a los menores transexuales recibir este tratamiento que bloquea su desarrollo físico. Leo es el primer niño que ha comenzado a recibir el tratamiento, según anuncian desde Chrysallis.
Facilitar el tránsito a estos niños es vital para que crezcan y evolucionen al igual que el resto de los menores de su edad. "Estudios realizados en Holanda apuntan que niños a quienes se respetó su identidad, se les acompañó desde su familias y se les ofreció tratamiento para el bloqueo de la pubertad, han tenido los mismos indicadores de calidad de vida y felicidad, así como los índices de ansiedad y preocupación por la propia imagen corporal similar o incluso mejores a los de la población no transexual de su misma edad. Sin embargo, en el lado opuesto, la tasa de intento de suicidio entre los adultos transexuales a quienes en su infancia se les negó su identidad es del 41%", subraya Mayor.
Documentación
Una vez iniciado el tránsito en el ámbito escolar, se procede al cambio de nombre en el registro, pero no de la mención del sexo, ya que la normativa actual exige ser mayor de 18 años y llevar al menos dos años en tratamiento para ese trámite. En cuanto al cambio de nombre, éste depende de la interpretación que haga de la ley el juez encargado del registro civil que corresponda.
Euskadi es la primera comunidad autónoma en la que las personas transexuales pueden disponer de una documentación con la que podrán ser tratadas según la identidad sexual hasta que se lleve a cabo la rectificación de la mención del sexo en el Registro Civil.
Las personas que posean esta tarjeta identificativa tendrán derecho, tanto en el ámbito sanitario como en el educativo, a ser tratadas conforme a su identidad sexual, y ser identificadas por el nombre que hayan escogido. Desde Chrysallis Euskal Herria reconocen que es un avance positivo, a pesar de que lamentan que se trate de un parche, puesto que este decreto no tiene validez a nivel estatal. Según nos cuenta Abi, su hija Luzia hizo el tránsito hace unos cinco meses, pero hasta ahora seguía siendo Luken en toda la documentación administrativa. Gracias a este decreto mi hija figurará como Luzia y mujer en todos los documentos de la administración vasca", se felicita.