Sociedad -
Reportaje de EITB.COM
La productividad y el futuro del 'fracking'
Las empresas explotadoras aseguran que la fracturación hidráulica estimulará la economía. Sin embargo,los detractores siguen sin creer que vaya a ser tan beneficioso como se cree.
Iker Rincon | EITB.COM
Las empresas que quieren explotar los yacimientos de gas no convencional explorados en la cuenca Vasco-Cantábrica aseguran que las reservas encontradas "abren una ventana" para estimular el crecimiento económico, la creación de puestos de trabajo y el aumento de la competitividad.
Por el contrario, los detractores siguen sin creer que el fracking vaya a ser tan beneficioso para la economía como se cree.
Mónica V. Cristina, portavoz de Shale Gas España, una asociación formada por empresas que quieren utilizar la técnica de la fracturación hidráulica para la extracción del gas pizarra; asegura que el desarrollo del gas no convencional no es una panacea y que no producirá en el Estado Español ni en Europa una "revolución" ni un boom como en EEUU. Pero cree que "puede ser beneficioso para la economía a través de la atracción de inversiones privadas o el fomento de la competitividad de la industria".
También espera que ayude al mix energético del Estado. "Según un estudio reciente de la industria, existe un gran potencial en shale gas que podría asegurar el consumo de energía durante 55 años. Hay que investigar e invertir. Si encontráramos solo un 10 % de ese potencial, ayudaría a reducir la dependencia energética del Estado, que ahora es casi del 100 % (en lo que a hidrocarburos se refiere)", asegura la portavoz de Shale Gas España.
EL IMPACTO ECONÓMICO
Iker García, vocal del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas del País Vasco, Navarra, La Rioja y Soria, explica que la construcción de cada pozo de extracción cuesta entre 20 y 25 millones de euros, "sólo el coste, sin empezar a explotarlo". Por lo que todo ese dinero se quedará por la zona, "excepto los gastos de la maquinaria", que se tiene que importar de países como Reino Unido. Además, añade que, "cuando se vende el gas, el Estado cobra unos impuestos, creando un impacto económico muy importante por cada pozo".
En cuanto a la rentabilidad del pozo, todo dependería de la cantidad de gas que se encontrase en cada uno y, "teniendo en cuenta que el gas natural se cobra a unos 5 euros por kWh, eso es mucho dinero", explica.
Por otra parte, hay quienes no ven un futuro tan prospero en ese sentido. Aitor Urresti, ingeniero industrial y profesor de la UPV/EHU, cree que la explotación del gas no convencional está "sobreestimado". "Después de realizar los sondeos y creer que hay gas ahí, se empieza a explotar y al final sólo hay un 10 % de lo que se pensaba".
Pone como ejemplo Polonia, lugar en el que se pensaba que la explotación del gas pizarra iba a tener un grandísimo potencial, pero, una vez que comenzaron a explotar los yacimientos, han visto que lo que están sacando es 10 veces menor que lo que estimaban al principio, y de muy baja calidad. "El precio de venta está relacionado con la cantidad de energía que genera; y si es de baja calidad, genera menos energía. Entonces, si tienes menos reservas y vas a ganar menos dinero de lo que esperabas, el negocio está siendo un desastre", explica.
García, explica que para que no ocurra eso hay que investigar el subsuelo, y al hacer la exploración, determinar las propiedades del gas que está en la piedra. "Los ingenieros de minas en general tratamos de encontrar los yacimientos y explotarlos sólo si son económicamente viables".
El profesor de la UPV prevé que la explotación de la cuenca Vasco-Cantábrica va a ser mucho más cara que en EEUU, "porque aquí las medidas de protección medioambiental son mayores, por lo que la rentabilidad va a ser bastante dudosa".
¿DURANTE CUÁNTO TIEMPO SE EXPLOTA UN POZO?
"La vida útil de cada pozo es de unos 7 años de media, siendo el primer año el más productivo", asegura Urresti. A partir del segundo año, la productividad desciende entre un 60-80 %, "debido a que la fracturación no consigue permeabilizar más que una pequeña parte del subsuelo del que rápidamente se libera el gas".
Las empresas explotadoras y comercializadoras del gas natural deben mantener la oferta para que la explotación sea rentable, por lo que se ven obligados a construir más pozos a medida que se van agotando los anteriores, creando una alta densidad de ellos.
CREACIÓN DE EMPLEO
Según el dossier Gas no convencional en España, una oportunidad de futuro del Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, en EEUU se han creado cerca de 2 millones de empleos alrededor de la fracturación hidráulica, y pretenden duplicar esa cifra en los próximos 10 años.
Aitor Urresti cree que el fracking no crea "apenas puestos de trabajo". Según él, los que se crean son empleados con gente de fuera, "que tienen la formación necesaria para llevar a cabo los trabajos". Por tanto, augura que los vecinos de las localidades cercanas que puedan trabajar en los proyectos serán por un breve periodo de tiempo, "y en unas condiciones precarias".
Por otro lado, Iker García admite que en un principio los empleados que realicen los trabajos en las plantas de fracturación hidráulica podrían ser extranjeros, pero asegura que a los 7 u 8 años de explotación será gente local la que lleve a cabo esas labores, "porque resultaría carísimo mantener a gente de fuera". Asimismo, cree que en la Comunidad Autónoma Vasca hay gente con una cualificación altísima para realizar ese tipo de trabajos.
¿POR QUÉ TANTA APUESTA POR EL 'FRACKING'?
Desde la plataforma Fracking Ez Araba, aseguran que esta apuesta hay que mirarla desde el prisma de un contexto energético mundial. "La existencia del gas natural que aseguran 'han descubierto' ahora ha sido anunciada como la solución a los problemas de abastecimiento energético del futuro", denuncian.
Aclararan que el gas "siempre estuvo ahí", aunque su distribución dispersa hizo que fracasaran los intentos para extraerlo. Sin embargo, algunos avances tecnológicos junto a un sector energético "desesperado" por encontrar nuevas reservas se han unido para presentar el fracking como "la solución a todos los problemas".
Por otro lado, la plataforma explica que la fracturación hidráulica apuesta por unas reservas que hasta hace muy poco se consideraban residuales. "Primero, porque busca recursos de difícil acceso, que tienen un rendimiento paupérrimo y unas consecuencias imprevisibles". Por eso, "aunque se llegara a extraer, el gas no convencional simplemente supondría prolongar un poquito la agonía de un modelo que está aproximándose a su fin", añade.
EN BUSCA DE RENTABILIDAD
El gas de pizarras o "shale gas" es, por sus características y su extracción, mucho más caro de extraer que el gas convencional. Por lo que, si los costes de producción son iguales o menores a los de venta, todo resulta una ruina.
"En 2010-2011 el precio del gas en EEUU empezó a bajar, por lo que dejó de ser rentable su explotación. Así, muchas empresas estadounidenses han quebrado", explica Urresti.
En Europa el precio del gas es mucho más caro que en EEUU, "por eso, muchas empresas estadounidenses han venido en busca de rentabilidad", asegura el profesor de la UPV. Asimismo, añade que las empresas que quieren llevar a cabo todo el fracking en la CAV son filiales que tienen la matriz en EEUU o Canadá.
Por su parte, Iker García cree que esa apuesta por el gas no convencional viene por el precio del gas natural en estos momentos, "que hace que yacimientos más pobres sean rentables".