Política -
Cataluña
Rajoy rechaza la oferta de diálogo de Puigdemont
El presidente del Gobierno español ha dicho que nada hay que acordar sobre lo que ya está establecido en la Constitución: la indivisibilidad de España.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Rajoyk baztertu egin du Puigdemontek elkarrizketarako egin dion eskaintza
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha advertido hoy de que "no es posible aceptar bajo la apariencia de un diálogo equívoco la imposición unilateral de puntos de vista que se saben imposibles de aceptar por una de las partes".
Así lo ha señalado durante su comparecencia ante el pleno del Congreso de los Diputados para explicar su posición ante la situación política en Cataluña, en la que ha afirmado también que "no hay mediación posible entre la ley democrática y la desobediencia o la ilegalidad".
Ha agradecido las numerosas ofertas de "mediadores" que ha recibido, pero les ha recordado que "nada hay que acordar sobre lo que ya está establecido en la Constitución: la indivisibilidad de España y que la soberanía reside en el conjunto de los españoles".
Rajoy considera que solo es posible dialogar sobre asuntos como la cantidad o calidad de los servicios públicos o el perfeccionamiento del autogobierno.
También ha dicho que se puede hablar de la reforma de la Constitución, pero sólo a través de los procedimientos previstos para ello.
Rajoy ha destacado que "el futuro de los acontecimientos en los próximos días" dependerá de la respuesta que Puigdemont ofrezca ante el requerimiento enviado por el Gobierno español para que aclare si ha declarado o no la independencia.
"En su mano está -ha dicho- volver a la legalidad y restablecer la normalidad institucional, como todo el mundo le está pidiendo, o prolongar un periodo de inestabilidad, tensiones y quiebra de la convivencia en Cataluña".
Para Rajoy, lo que está sucediendo en Cataluña es un cuestionamiento sin precedentes a los ejes sobre los que se sustenta una sociedad democrática: libertad, pluralidad y legalidad.
"Los gobernantes de Cataluña han utilizado su posición institucional para perpetrar un ataque desleal y muy peligroso contra nuestra Constitución, la unidad de España, el propio Estatuto y, lo que es peor, contra la convivencia pacífica entre ciudadanos", ha añadido.
El presidente del Gobierno español ha lamentado que el 1 de octubre el Gobierno catalán "incumpliera la ley, las sentencias de los tribunales y su propia legalidad", y "soliviantara las calles para simular una legitimidad democrática de la que carecían sus decisiones".
Ha subrayado que "ningún país del mundo se ha tomado mínimamente en serio" el 1-O y ha explicado que el Estado actuó ese día “protegiendo los derechos de todos”, momento que ha aprovechado para agradecer la labor de jueces, fiscales, Policía y Guardia Civil.
"A nadie le puede gustar lo que ocurrió el 1 de octubre. Nadie puede sentirse feliz o satisfecho. Ni de la imagen de Cataluña ni de la farsa de las votaciones, ni de las burdas manipulaciones que se ese día se vertieron contra Policía y Guardia Civil", ha añadido.