Política -
Proceso judicial
Sarkozy, detenido para declarar por presunto tráfico de influencias
La Policía judicial tiene 48 horas para interrogarle sobre la presunta red de informadores que le mantendría informado de procesos judiciales en su contra. Han imputado a su abogado y a un magistrado
Redacción
El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha sido llamado este martes a declarar ante la Policía Judicial de Nanterre, localidad cercana a París, sobre un caso de presunto tráfico de influencias y violación del secreto de instrucción.
Los agentes, según han indicado los medios galos, le colocaron en régimen de "garde à vue", una medida inédita hasta ahora para un antiguo mandatario y durante la cual está bajo la jurisdicción de la Policía judicial y con asistencia letrada, lo que permite interrogarle hasta 48 horas en caso de que sea necesario.
Los investigadores intentan determinar si el exjefe de Estado y su entorno crearon una "red" de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazan al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.
Sarkozy ha ido por su propio pie a la sede policial poco después de las 08:00 horas y un día después de que también fueran interrogados su abogado, Thierry Herzog, y dos altos magistrados del Tribunal de Casación, Gilbert Azibert y Patrick Sassoust. Herzog y Azibert han sido imputados por tráfico de influencias.
De Azibert, cercano al letrado del expresidente, se sospecha que recababa información de consejeros del Tribunal Supremo sobre los avances en la investigación sobre presunta la financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo.
Según esa teoría, el defensor de Sarkozy le prometió como contrapartida que el expresidente le ayudaría a conseguir un puesto en la administración de Mónaco que buscaba.
A las 22:00 horas, el primer expresidente de Francia continuaba en los locales de la policía judicial en Nanterre, con lo que lleva declarando ya más de 14 horas.
Financiación ilegal
En el llamado "caso de las escuchas" se investiga, entre otros asuntos, si el político conservador recibió financiación ilegal para su campaña presidencial de parte de la multimillonaria heredera del grupo de cosméticos L'Oréal, Liliane Bettencourt, y del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi.