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ORIENTE PRÓXIMO

Israel e Hizbulá escalan el conflicto mientras el mundo pide paz

Israel e Hizbulá se han lanzado numerosos misiles y cohetes en los últimos días. Uno de los ataques de Hizbulá ha llegado hasta Haifa y los ataques israelíes han dejado decenas de muertos en los últimos días en el Líbano. El conflicto entre ambos, sin embargo, no es nuevo.

Manifestación contra la guerra, este domingo, en Seúl, Corea del Sur. EFE.
Manifestación contra la guerra, este domingo, en Seúl, Corea del Sur. EFE.
Manifestación contra la guerra, este domingo, en Seúl, Corea del Sur. EFE.

OLATZ PRAT | EITB MEDIA

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Euskaraz irakurri: Israel eta Hezbollah, elkarri haginak erakusten, mundua bake eske

Si la situación ya era crítica, en los últimos días el panorama se ha enrarecido aún más en Oriente Próximo, en concreto entre Israel y el Líbano, tras los ataques israelíes de los últimos días en el Líbano y los de Hizbulá en suelo israelí.

El conflicto entre ambos estados no es nuevo, ha pasado por fases más duras y más sutiles desde los años 70, sobre todo porque Israel ha querido hacerse con territorios del Líbano en varias ocasiones (en 1978, con la 'operación Litani' y en 1982, con el asedio de Beirut, por ejemplo).

Hizbulá se fundó ese año, en 1982, y con los años se ha convertido en la milicia libanesa más fuerte. La 'Operación Intervención' en 1993 y la 'Operación Uvas de la Ira' en 1996 han sido las principales campañas lanzadas por Israel para hacer frente a Hizbulá.

Tras unos años en una especie de calma tensa, la violencia de los últimos meses entre ambos se desató de nuevo un día después de que Israel iniciara su ofensiva en Gaza, en octubre. Y es que era inevitable que Hizbulá incrementase su ofensiva contra Israel en apoyo a los palestinos. Hassan Nasralá, líder de Hizbulá, ha asegurado más de una vez que la milicia dejará de atacar a Israel cuando Israel deje de atacar a Palestina.

En este contexto, miles de israelíes (60 000 según Israel) han sido obligados a abandonar su hogar por los enfrentamientos entre las dos fuerzas armadas en el norte de Israel, en la frontera con el Líbano. Precisamente, la principal condición que pone Israel para que cesen sus acciones armadas con respecto al Líbano es que los que se hayan visto obligados a marchar regresen a su hogar.

Libano eta Iarael arteko mugan borrokak. EFE

Ataques cada vez más violentos

Así, los ataques mutuos se están volviendo cada vez más frecuentes, violentos y llegan más lejos.

Los días 17 y 18 de septiembre, Israel lanzó en el Líbano un ataque masivo de sofisticación tecnológica sin precedentes. En teoría, manipuló cientos de dispositivos electrónicos en manos de miembros de Hizbulá para que explotasen simultáneamente. Esos dispositivos son muy comunes en muchos países donde la red telefónica e Internet no es muy estable, como Líbano, por lo que también había civiles entre los muertos y heridos. En total, en dos días de ataques, más de 30 personas murieron y más de 3000 resultaron heridas.

El pasado día 19, Israel realizó más de 50 bombardeos en el sur del Líbano, según el Ejército, contra "edificios militares" de Hizbulá y "un depósito de armas". En su nota, el Ejército israelí explicó que su objetivo era "llevar la seguridad al norte de Israel para permitir que sus habitantes regresen a sus hogares", en referencia a los que siguen evacuados desde la intensificación del conflicto con Hizbulá.

El conflicto llegó a la capital el pasado 20 de septiembre, cuando Israel bombardeó Beirut y al menos 50 personas murieron y más de 60 resultaron heridas. El objetivo del ataque era Ibrahim Akil, un alto cargo de Hizbulá cuya muerte ha sido confirmada por el Ejército israelí. Según Israel, también ha matado a otros 15 altos cargos de la milicia en el ataque.

Hizbulá, por su parte, ha reaccionado con dureza a estos ataques, disparando decenas de proyectiles contra Israel el sábado y el domingo. Uno de los ataques ha llegado hasta la ciudad israelí de Haifa, a 60 kilómetros de la frontera.

Beiruteko erasoa. EFE.

La solución se vislumbra lejos

Cuanto mayor es el enfrentamiento, más difícil es sofocarlo, y la situación entre ambas fuerzas es de tensión máxima.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha asegurado en un mensaje televisado a la población que "Hizbulá ha sufrido una serie de golpes que no podía imaginar", y ha anunciado nuevas acciones mientras no cesen los ataques en las zonas fronterizas.

"Si Hizbulá no ha entendido el mensaje, prometo que lo hará. Estamos decididos a lograr la vuelta de nuestros residentes a sus hogares del norte del país", ha dicho Netanyahu.

Por su parte, el vicesecretario de Hizbulá, Naim Qassem, ha anunciado este domingo que la milicia chií ha entrado en "una nueva fase de intervención" con Israel. En el funeral de los comandantes fallecidos en el ataque de Beirut, ha añadido que "se han hecho más fuertes tras los ataques", que seguirán protegiendo Gaza y que matarán a los israelíes "donde los esperan y donde no".

El líder de Hezbollah, Hassan Nasralá, también fue claro tras el ataque masivo del 19 de septiembre, y advirtió que Israel "rompió todas las reglas" y "traspasó todas las líneas rojas", por lo que recibirá "represalias y sanciones justas".

Hassan Nasrala, Hezbollako burua, telebistaz. EFE.

El mundo observa y las instituciones piden paz

La masacre de Israel en Gaza está siendo uno de los conflictos narrados en directo diariamente en las redes y en los medios de comunicación, y este capítulo que se ha abierto en el Líbano y con Hizbulá, también antiquísimo, va por el mismo camino. En pantalla, las mismas víctimas de siempre: civiles, inocentes y niños.

A pesar del control y censura que tanto Israel como sus patrocinadores ejercen sobre los medios de comunicación y las redes sociales —este mismo domingo Israel ha clausurado la oficina de Al Jazzeera en Ramallah—, la población está viendo en directo la violencia y sus consecuencias, y no solo contra la población, sino también contra las instituciones. El miedo y la sorpresa son compartidos. No así las responsabilidades y, como tantas veces se ha hecho durante meses, muchas organizaciones han vuelto a pedir el cese de la violencia.

La coordinadora especial de la ONU para el Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha advertido de que "con Oriente Próximo al borde de una catástrofe inminente, nunca se dirá tantas veces como sea necesario: no hay solución militar que dé más seguridad a las partes", ha manifestado la responsable en un escueto comunicado publicado en la cuenta oficial X de la misión de Naciones Unidas en Líbano.

En la misma línea se ha expresado el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell: "La Unión Europea está profundamente preocupada por la escalada de la violencia que se está produciendo en el Líbano desde los atentados del viernes en Beirut y de los ataques que Israel y Hizbuá han llevado a cabo en las inmediaciones de las fronteras". Por ello, ha reiterado que es "urgente" que se declare un alto el fuego, no solo en la frontera entre Líbano e Israel, conocida como Línea Azul, sino también en Gaza.

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