Internacional -
ANÁLISIS
Francia hace barrera a la ultraderecha, pero comienza una etapa complicada
Francia apenas tiene tradición en gobiernos de coalición, por lo que resulta compleja la negociación para formar gobierno.
FELIPE ETXEBARRIA
La ultraderecha ha sido derrotada en la segunda vuelta de las elecciones situándose como tercera fuerza de la Asamblea Nacional. El Reagrupamiento nacional de Martine Le Pen continúa dando miedo a los franceses que consideran que esta formación no es un partido mas, sino que es una fuerza peligrosa que oculta sus propósitos reales al ser racista. antisemita, anti-musulmana y xenófoba cuya llegada al poder hay que impedir.
El Frente Popular de izquierda, la primera fuerza, ha logrado 181 escaños. Ensemble, donde está el partido centrista de Macron, ha sido la segunda fuerza con 166. Y en tercera posición la extrema derecha de Reagrupación Nacional con 143.
Al ganar el Frente Popular sin la mayoría absoluta establecida en 289 escaños, este bloque deberá pactar la formación del nuevo gobierno de coalición con el partido de Macron. Pero Francia apenas tiene tradición en gobiernos de coalición, por lo que resulta compleja la negociación para formar gobierno.
La situación se complica si se tiene en cuenta que el Frente Popular está formado a su vez por cuatro fuerzas; la Francia Insumisa, la primera fuerza del Frente en escaños, el Partido Socialista del ex presidente Francois Hollande que ha sido elegido diputado en segunda posición, el Partido Ecologista, la tercera fuerza, y el Partido Comunista, la cuarta fuerza en escaños del Frente Popular.
Al ser La Francia Insumisa la primera fuerza de este frente de izquierda, su lider Melenchon ya ha reclamado la cartera de primer ministro, algo que tendrá que negociar con el resto de las fuerzas. Está también la incógnita de qué programa va a seguir el nuevo gobierno que resulte de este parlamento tan fragmentado.
El presidente Macron tendrá que cohabitar con un gobierno que resulte de este parlamento complejo e inédito en la V Republica. Si bien Francia tiene experiencia en gobiernos de cohabitación entre presidentes de la República y primeros ministros de distintas fuerzas políticas, no hay tradición de gobierno de coalición que la nueva situación requiere.
Durante la V República se han producido tres periodos de cohabitación: de 1986 a 1988 entre el presidente socialista François Mitterrand, y el primer ministro gaullista Jacques Chirac; de 1993 a 1995 entre Mitterrand y el primer ministro Edouard Balladourd y de 1997 a 2002 entre el presidente Chirac y el primer ministro, el socialista Lionel Jospín. Pero esta vez la situación es mucho mas complicada.