Chile rechaza en las urnas la propuesta de una nueva Constitución y mantiene el texto de la era Pinochet

Los chilenos han rechazado en las urnas, por segunda vez en poco más de un año, una propuesta de nueva Constitución impulsada por la derecha y la ultraderecha. Chile cierre así a un largo y complejo proceso constituyente iniciado hace cuatro años, tras la mayor ola de protestas de la democracia de ese país y decide mantener la carta magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y reformada en numerosas ocasiones.

Con más del 99,65 % de los votos escrutados, el 55,76 % de los electores ha rechazado un texto con sello conservador, elaborado por un órgano liderado por la ultraderecha y la derecha tradicional, frente al 44,24 % que ha optado por aprobarlo.

La opción de rechazar el texto, que endurecía el trato de la migración irregular y abría la puerta a revisar la ley del aborto, se ha impuesto en la mayoría de las dieciséis regiones del país, especialmente en la capital, Valparaíso (centro) y las norteñas Atacama y Antofagasta, donde hubo casi 20 puntos de diferencia.

El resultado, vaticinado por todas las encuestas, supone un varapalo para el ultraderechista Partido Republicano, que tuvo un peso fundamental en la redacción del nuevo texto y aspiraba a convertirse en la fuerza hegemónica de la derecha.

El presidente del Partido Republicano, el ultraderechista José Antonio Kast, ha reconocido la derrota de su formación en el plebiscito y ha dicho que "la política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile" porque ha sido incapaz de redactar una propuesta constitucional de consenso.