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Reino Unido
Dimite el ministro británico para el 'brexit', David Davis
Su renuncia, motivada por la falta de acuerdo con May sobre el pacto alcanzado el viernes sobre cuál será la posición del gobierno británico ante el divorcio, es un golpe para la primera ministra.
Agencia | Redacción
Euskaraz irakurri: David Davis 'brexit'erako ministro britainiarrak dimisioa eman du
El ministro británico para el brexit, David Davis, ha anunciado este lunes su dimisión, por la falta de acuerdo con la primera ministra, Theresa May, en sus planes de abandonar la Unión Europea, según ha informado una fuente cercana al ministro.
La pérdida de su negociador para el brexit solo dos días después de lograr un acuerdo con el Gobierno en torno a la posición negociadora "colectiva" de Reino Unido en el divorcio europeo, ha sido un golpe para May y subraya las profundas divisiones en su gobernante Partido Conservador en cuanto a la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
En su carta de dimisión, Davis expresa su disconformidad con la propuesta de futura relación bilateral con el bloque comunitario acordada por el gabinete de ministros el pasado viernes, que contempla la creación de un mercado común de bienes, lo que ha sido muy criticado por los diputados conservadores partidarios de un brexit duro o radical.
Además, el secretario de Estado para el brexit, Steve Baker, también ha presentado su dimisión, según han informado fuentes del Gobierno. Se espera que en las próximas horas May designe un sustituto para ambos.
Según los medios británicos, el favorito a suceder a Davis sería el actual ministro de Medioambiente, Michael Gove, que es del grupo partidario de un brexit duro pero acató la propuesta consensuada el viernes en Chequers, la residencia oficial campestre de la primera ministra.
En su carta, Davis argumenta que la armonización normativa y aduanera que requeriría la creación de esa área de libre comercio de bienes entre este país y la UE "haría que el control del Parlamento británico fuera más ilusorio que real".
La equivalencia regulatoria "entregaría el control de buena parte de nuestra economía a la UE y ciertamente no nos devuelve el control sobre nuestras leyes en un sentido auténtico", señala.