Todos salpicados por Wikileaks

A primera vista, parece que los papeles de Wikileaks perjudican sobre todo al Gobierno de Estados Unidos, pero son los gobiernos de otros países los que pueden acabar pagando un precio más alto.

Las revelaciones contenidas en esos papeles les pueden crear a algunos gobiernos serios problemas internos o en sus relaciones con otros países. Uno de los más afectados en el plano interno es precisamente el español, que va a tener dificultades para justificar el comportamiento del aparato judicial en casos como el de José Couso o los vuelos de la CIA.

Pero otros gobiernos también tendrán que explicar muchas cosas. Por ejemplo, el de Pakistán, que según los papeles está construyendo más bombas atómicas y utiliza a los grupos yihadistas como un instrumento contra la India; es evidente que Nueva Delhi protestará y, además, se rearmará también.

O a ver qué cuenta el presidente venezolano Chávez ante los documentos que indican que ha colocado a funcionarios cubanos en todos los ministerios, algo que la oposición ya venía denunciando, y que hace más caso a los espías cubanos que a los propios venezolanos.

O a ver qué dice Sarkozy ante las revelaciones de que se quería meter en la guerra de Irak.

O a ver cómo defiende Ahmadineyad que Irán ha utilizado a la Media Luna Roja para infiltrar espías en Irak, Líbano y los Balcanes.

O cómo les explican los chinos a los norcoreanos que les apoyan, pero que en el fondo quieren dejarlos caer.

Wikileaks ha lanzado una bomba contra Washington, pero la onda expansiva se va a notar en todo el planeta.