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elecciones presidenciales
Macron y Le Pen, protagonistas del primer debate electoral en Francia
Ha sido un debate a cinco, en el que han predominado, como se esperaba, los ataques Emmanuel Macron, debido a su falta de experiencia en tv. Fillon ha pasado de largo en el debate.
agencias | redacción
Euskaraz irakurri: Macron eta Le Pen, lehen hauteskunde-eztabaidaren protagonistak
Los principales favoritos a las presidenciales francesas, el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, fueron anoche el blanco de la mayoría de los ataques en el primer debate electoral, que resultó animado y tenso por momentos.
Los cinco candidatos mejor situados en los sondeos desgranaron a lo largo de tres horas y media sus opiniones contrapuestas acerca de temas sociales como la educación o el laicismo, económicos como la jornada laboral de 35 horas y las pensiones, y de política exterior como la relación con Rusia.
Junto a Macron y Le Pen participaron el conservador François Fillon, el socialista Benoît Hamon y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, que ejerció de gran animador de la contienda con sus continuas interpelaciones al resto y su estilo incisivo.
Se cumplieron los pronósticos que apuntaban a que Macron, situado como favorito para pasar a la segunda vuelta junto a Le Pen, sería objeto de los dardos de los rivales por su inexperiencia en debates y por su base aún no consolidada de votantes.
El exministro de Economía del Gobierno socialista se mostró a veces nervioso al tratar de defenderse de los zarpazos que le propinaron sobre todo Hamon, que lo encasilló como el candidato favorito de los grupos de interés, y Le Pen, que lo catalogó de defensor del "burkini".
La religión provocó los primeros momentos de tensión en el debate, que había comenzado de forma tranquila, cuando los candidatos se enzarzaron a cuenta del "burkini" y Hamon espetó a Le Pen que ésta pretende "un laicismo al gusto" dirigido únicamente contra los musulmanes.
La líder del Frente Nacional pareció por momentos ajena a los golpes, centrada en difundir su mensaje ultranacionalista y antiinmigración, sin sufrir demasiado el embate de sus contrincantes.
"No seré la vicecanciller de (Angela) Merkel", dijo en alusión a la jefa del Gobierno alemán, a quien fustigó con frecuencia.
Sin embargo, cuando salió de la zona de confort en la que se movió casi toda la noche fue para tratar de exasperar a Macron, cosa que consiguió en repetidas ocasiones, sobre todo cuando lo acusó de "hablar y hablar sin decir nada".
También consiguió salir indemne Fillon, atribulado por los escándalos judiciales que le implican en el caso de los supuestos empleos falsos que concedió a su esposa e hijos, al conseguir que estos no acaparasen el debate.