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El drama de los refugiados

La Policía húngara usa gases lacrimógenos contra los refugiados

Hungría cerró ayer su frontera con Serbia mediante una doble valla y ha movilizado a la Policía y al Ejército para evitar la entrada de refugiados que huyen de la guerra y la pobreza.

La Policía húngara utiliza un cañón de agua contra los refugiados en la frontera con Serbia. EFE
La Policía húngara utiliza un cañón de agua contra los refugiados en la frontera con Serbia.
La Policía húngara usa gases lacrimógenos contra los refugiados

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AGENCIAS | REDACCIÓN

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La Policía húngara ha utilizado gas pimienta y un cañón de agua contra los refugiados que trataron de cruzar la frontera desde Serbia, en la que esperan miles de personas que quieren entrar en Hungría para seguir luego hacia otros países de Europa, informa la emisora M1.

En las imágenes de la televisión se pudieron observar a decenas de agentes antidisturbios que se movilizaron en el lugar y también algunas ambulancias.

La agencia MTI informó de que se trata un "grupo menor" que ha intentado romper los cordones policiales que cierran el paso fronterizo de Horgos y que las fuerzas de seguridad han instalado un cañón de agua.

Los refugiados derrumbaron en una zona las vallas, pero los agentes les cerraron el paso, según el portal informativo Origo.

Varios cientos de refugiados arrojaron botellas y piedras a los policías, que utilizaron el cañón de agua y gas pimienta.

Más de 2.000 refugiados se encuentran en la frontera de Serbia con Hungría, exigiendo que se les permita la entrada en suelo húngaro.

Vallas y penas de cárcel contra los refugiados

Hungría terminó ayer de cerrar físicamente su frontera con Serbia mediante una doble valla y ha movilizado a la Policía y al Ejército para prevenir cualquier eventual intento de los refugiados de romper la alambrada.

Este paso fronterizo permanecerá cerrado durante los próximos 30 días, según ha comunicado el Gobierno húngaro al Ministerio de Exteriores de Serbia.

Paralelamente ha entrado en vigor una ley que penaliza con entre uno y cinco años de cárcel la entrada ilegal en el país.

Además, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, ha anunciado los planes de su Gobierno de construir una valla en algunos puntos de la frontera con Croacia que se sumará a la ya erigida en los límites con Serbia y a la prevista junto a Rumanía para frenar el paso de refugiados.

Orban ha justificado la decisión diciendo que son las mafias quienes deciden las rutas, no los refugiados, por lo que frente a los controles instaurados en el centro de Europa es previsible que los inmigrantes busquen nuevos caminos -por ejemplo, a través de Croacia- para llegar a su destino: Alemania y Escandinavia, donde les ofrecen mejores condiciones de asilo.

Unas 200.000 personas que huyen de conflictos o la pobreza en países de Oriente Medio y Asia han pasado por Hungría en lo que va de año, aunque la inmensa mayoría sólo quiere abandonar este país cuanto antes y seguir hacia Alemania.

Críticas de la UE, ONU y Serbia

Tras las medidas adoptadas por el Gobierno húngaro, el ministro del Interior de Serbia, Nebojsa Stefanovic, ha anunciado el envío de más policías a la frontera con Hungría para "evitar más ataques de la Policía húngara".

Las autoridades serbias han condenado el uso de un cañón de agua y gases lacrimógenos por parte de Hungría contra los inmigrantes y refugiados agolpados en su frontera, argumentando que Budapest no tiene "derecho" a hacerlo.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Mooon, se ha confesado "impactado" por el trato recibido por los refugiados que intentan acceder a Hungría desde Serbia y ha asegurado que "no es aceptable".

El máximo responsable de la ONU ha advertido a los líderes europeos que, al margen de los "problemas internos" que puedan tener, deben actuar con "compasión" frente a quienes "huyen de las guerras y la persecución. "Deben ser tratados con dignidad y de acuerdo a los Derechos Humanos", ha reclamado.

Por su parte, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, ha instado a los Estados miembros a dar su apoyo la semana próxima al plan urgente para reubicar a 120.000 demandantes de asilo y a buscar soluciones a largo plazo para esta crisis, al tiempo que ha advertido de que vallas como la levantada por Hungría en su frontera no frenará la llegada de refugiados.

"Si construyes un muro de 50 metros, encontrarán una escalera de 51 metros. Son personas desesperadas que huyen y buscan rutas alternativas", ha declarado la comisaria en una rueda de prensa, al ser cuestionada por el flujo de refugiados que se desplaza hacia Croacia tras el bloqueo de Hungría.

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