Internacional -
Crisis del espionaje
Obama y Kerry intentan apaciguar el enfado internacional
Las filtraciones de documentos secretos que efectuó Edward Snowden amenazan con socavar la política exterior de Washington. Angela Merkel, entre tanto, busca una alianza frente al espionaje.
Redacción
El secretario de Estado norteamericano John Kerry ha visitado Roma y París para conversar sobre Siria, Irán y la paz en el Oriente Medio, pero ha afrontado la indignación por la magnitud y el alcance del espionaje de Estados Unidos en el exterior.
El presidente Barack Obama ya ha defendido las operaciones de vigilancia de Estados Unidos ante los gobernantes de Rusia, México, Brasil, Francia y Alemania, e incluso se le preguntó al respecto durante una presentación con motivo de su cumpleaños en un programa nocturno de televisión.
Obama y Kerry intentan apaciguar el enfado internacional que han ocasionado las filtraciones de documentos secretos que efectuó Edward Snowden, ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA).
Las revelaciones sobre las tácticas de la NSA -entre éstas las supuestas escuchas a los teléfonos móviles de 35 gobernantes en el mundo- amenazan con socavar la política exterior de Washington en diversas áreas.
La manera de recolectar información de Estados Unidos ha causado preocupación a los aliados extranjeros de Washington.
"La magnitud del espionaje fue lo que nos dejó estupefactos", dijo el martes el ex canciller francés Bernard Kouchner en una entrevista radiofónica. "Seamos honestos, nosotros también espiamos. Todos espían a los demás. Pero no tenemos los mismos medios que Estados Unidos, lo cual nos pone celosos".
Alemania busca aliados
El Gobierno alemán ha decidido reactivar su búsqueda de aliados en la comunidad internacional para frenar el espionaje de Estados Unidos.
Según el diario Frankfurter Allgemeinen Zeitung, el presidente estadounidense Barack Obama aseguró personalmente a la canciller Angela Merkel que él nunca tuvo conocimiento de que su móvil había sido pinchado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), lo que supondría un reconocimiento indirecto de los hechos.
Tras dejar claro su enfado por el presunto espionaje de su móvil, Merkel ha relanzado la estrategia que inició este verano, cuando se publicaron informaciones sobre un presunto espionaje masivo por parte de EE.UU. a ciudadanos alemanes, gobiernos e instituciones de la Unión Europea.
Cancillería defendió entonces la necesidad de que los socios europeos fijaran normas comunes de protección de datos y ahora, junto a Francia, se dispone a impulsar de aquí a fin de año la negociación con Washington para consensuar un marco de trabajo para los servicios secretos.
De forma paralela, trabaja con Brasil en una resolución para que la Asamblea General de la ONU se pronuncie en contra del espionaje y en defensa de la protección a la privacidad y las comunicaciones.