Economía -
huelga en el Estado francés
Los sindicatos llaman nuevamente "a parar el país" este martes contra la reforma de las pensiones de Macron
En la sexta movilización convocada contra el proyecto para retrasar la edad de jubilación, hay convocadas cientos de manifestaciones (en Baiona, será a las 10:30 horas) y se prevén graves perturbaciones en el transporte, en la educación o en el sector de la energía.
EITB Media
Euskaraz irakurri: Bihar "herrialdea geldiarazteko" deia egin dute sindikatuek, Macronen pentsio erreformaren kontra
Los principales sindicatos del Estado francés han realizado un llamamiento "a parar el país" este martes, 7 de marzo, en contra de la reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron. Se trata de la sexta gran movilización en apenas un mes y medio, y como las anteriores, se prevén grandes perturbaciones en el transporte público, en la educación y en otros sectores estratégicos.
Hay convocadas más de 300 manifestaciones por todo el estado, y las centrales sindicales esperan la participación de entre un millón y un millón y medio de personas. En Baiona, la cita será a las 10:30 horas desde la plaza de Santa Úrsula. Además, hay otra marcha convocada para el 8 de marzo (15:00 horas, desde la plaza del mercado).
El transporte público se verá gravemente afectado. La compañía ferroviaria estatal SNCF ha anunciado que, ante el paro, mañana tendrá que anular de media el 80 % de los trenes de alta velocidad (TGV) y prácticamente todos los otros trenes convencionales de largo recorrido.
En las líneas internacionales, no habrá ningún servicio en el corredor París-Barcelona ni en las líneas entre Francia y Alemania; sólo un tren de ida y vuelta en los enlaces con Italia, y un 20 % de los habituales en las conexiones con Suiza.
Funcionarán dos tercios de los Eurostar con Londres y también dos tercios de los Thalys que van de París a Bruselas, algunos de los cuales luego continúan en dirección de Países Bajos o Alemania.
En los cercanías de París, dependiendo de las líneas se mantendrán entre un tercio y una quinta parte de los convoyes habituales, lo que hace prever muchas dificultades para moverse en transporte público por toda el área metropolitana.
De hecho, la entidad del transporte metropolitano RATP ha indicado en otro comunicado que sólo podrá mantener el servicio normal en las dos líneas de metro automáticas, la 1 y la 14. En las otras, la mayor parte únicamente estarán abiertas en las horas punta, a primera hora de la mañana y por la tarde, y con entre la mitad y la cuarta parte de los trenes. En ciertas de esas líneas de metro, ni siquiera se cubrirá todo el recorrido.
Además, varios sindicatos de camioneros han convocado movilizaciones desde este domingo con bloqueos de plataformas logísticas, zonas industriales y con las llamadas "operaciones caracol" que ralentizan el tránsito para generar atascos en las vías de acceso a las grandes ciudades.
Por lo que respecta al transporte aéreo, los paros de los controladores —uno de los muy pocos colectivos que en Francia están sometidos a servicios mínimos— obligarán a las compañías a reducir sus programas de vuelos en los principales aeropuertos del país no sólo el martes, sino también el miércoles. La Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) ya ha avisado de que esos dos días los tendrán que recortar en un 20 % en el aeropuerto de París Charles de Gaulle y en un 30 % en el de Orly, también en la capital.
Además, y desde el viernes, el sector de la energía está en huelga en los sectores de producción de gas y electricidad, y los paros ya se han traducido en disminuciones de la tensión eléctrica, aunque por ahora eso no ha implicado cortes de corriente a las personas usuarias.
Además de la energía, el martes han anunciado paros los sindicatos en otros sectores importantes de Francia, como puertos, refinerías y fabricación de vidrio.
Asimismo, siete centrales sindicales del sector educativo han reclamado "cerrar totalmente escuelas, colegios, liceos y servicios" (el de comedor, entre otros).
La reforma continúa su tramitación
El objetivo es que el Ejecutivo del presidente, Emmanuel Macron, dé marcha atrás con su reforma de las pensiones, cuyo eje principal es retrasar la edad mínima de jubilación de los 62 años actualmente a 64 con el argumento de que así se preservará el equilibrio financiero del sistema.
La reforma continúa su tramitación parlamentaria en el Senado desde esta semana. Están en contra no sólo todos los sindicatos, sino también los partidos de izquierda y la extrema derecha.
Todas las encuestas muestran desde hace meses que también se opone de forma muy mayoritaria la opinión pública. En una encuesta del instituto demoscópico Ifop publicada este domingo, un 68 % de los interrogados la perciben de forma negativa y sólo un 32 % están a favor.