Economía -
Crisis en la zona euro
Bruselas apoyará que la banca reciba ayuda del fondo de rescate
Esta medida beneficiaría sobre todo a España, inmersa en una reestructuración de su banca y en pleno rescate de Bankia.
Redacción
El comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dado marcha atrás y finalmente apoyará que el fondo de rescate europeo se use directamente para recapitalizar la banca, sin pasar por los Estados.
Francia y Bruselas dieron ayer un nuevo empujón a la propuesta, presentada la semana pasada por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, al considerar esa posibilidad "fundamental" y "clave" incluso a corto plazo.
Rehn recalcó ayer, en unas declaraciones tras reunirse con el ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, que la CE ha estado considerando esta opción como "una seria posibilidad para romper el vínculo entre las deudas soberanas y la banca" para ir a las raíces de la actual crisis.
Rehn reiteró que la recapitalización de la banca "no es parte del tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) por el momento en su forma actual", pero que Bruselas considera que "es importante considerar esta alternativa" ahora que la UE está avanzando en el debate sobre las posibles vías y medios para crear una unión bancaria", ha reconocido el político finlandés.
Esta medida beneficiaría actualmente sobre todo a España, que está inmersa en una profunda reestructuración de su banca y en pleno rescate multimillonario de Bankia.
Pero fuentes comunitarias ya han advertido de que modificar el tratado del MEDE no será fácil y que en todo caso España "no puede esperar" a que el fondo pueda recapitalizar directamente la banca, por lo que "debe actuar ahora" en lo que supone el rescate más caro de la historia financiera española.
El tratado del MEDE, actualmente en proceso de ratificación, no tendría que ser reabierto de nuevo, sino que se podría recurrir al artículo 19 del documento firmado recientemente.
Mientras, España plantea la necesidad de crear una autoridad fiscal europea que se encargaría de la gestión de la deuda europea y que armonizaría las políticas fiscales de los estados miembros, lo que implicaría ceder soberanía, algo que Merkel exige a cambio de relajar su postura con respecto a la solidaridad alemana.