Economía -
Emergencia climática
La Comisión Europea plantea prohibir la venta de coches de combustión e híbridos en 2035
Bruselas quiere que el precio del CO2 se encarezca progresivamente y eliminar los permisos de emisión en diez años. La Comisión Europea reconoce que la negociación de su propuesta será "dura y difícil".
EITB MEDIA | AGENCIAS
Euskaraz irakurri: Erregaia erabiltzen duten autoak 2035erako debekatzea proposatu du Europako Batzordeak
La Comisión Europea ha presentado este miércoles su hoja de ruta legislativa para colocar a la Unión Europea (UE) en la senda para despedirse del CO2 a mitad de siglo y convertir la crisis climática en una oportunidad para crecer de forma más sostenible. Para ello, plantea, entre otras muchas medidas, prohibir la venta de coches de combustión e hibridos a partir del 2035.
Para asegurar la transición de los conductores europeos a coches de batería o hidrógeno, la Comisión quiere también que los Estados miembro tomen medidas para asegurar que podrán recargar sus vehículos cuando transiten por el territorio europeo.
De este modo, la propuesta de Bruselas prevé un punto de recarga eléctrica fijo cada 60 kilómetros en la red transeuropea de transporte (TEN-T) y cada 150 kilómetros para el repostaje de hidrógeno.
"La emisión de CO2 debe de tener un precio", ha declarado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la presentación de trece iniciativas legislativas con acciones concretas en el transporte, la energía, el mercado de emisiones de carbono o la biodiversidad.
Bruselas quiere que el precio del CO2 se encarezca progresivamente y eliminar los permisos de emisión en diez años, mantener dentro del sistema la aviación doméstica e incluir a los barcos.
El paquete normativo se llama "En forma para el 55" (Fit For 55), en referencia al compromiso de la UE de reducir en 2030 sus emisiones equivalentes de CO2 al menos en un 55 % con respecto a 1990 como paso intermedio para alcanzar la neutralidad climática en 2050: es decir, no liberar más dióxido de carbono del que pueda absorber el territorio comunitario.
Supone gran parte de la arquitectura legal de la transformación energética y climática en la que está inmersa la UE desde el Acuerdo de París de 2015 para que las temperaturas a final de siglo suban menos de 2 grados con respecto a los niveles preindustriales.
Las propuestas tendrán que negociarse con los Estados miembros, representados en el Consejo, y con el Parlamento Europeo.
La Comisión advierte de que será una transición profunda y dura con grandes cambios estructurales en muy poco tiempo pero que, ligada al otro gran vector de futuro que explora Bruselas, la digitalización, generará más y mejores oportunidades para la UE, que en paralelo empieza a distribuir los fondos de recuperación inspirados en los mismos principios.
"De lo contrario, fallaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos porque si no arreglamos esto, en mi opinión, lucharán en guerras por el agua y la comida", ha advertido el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde, Frans Timmermans.