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Música

Entrevista

Ezpalak: "Queríamos que el disco fuera como un golpe"

Natxo Velez | EITB Media

El cuarteto muestra los colmillos afilados en su segundo disco, “Topatu Kolpatu”, donde dominan el equilibrio entre ferocidad y melodías agradables.

  • Ezpalak

    Ezpalak presenta el disco "Kolpatu Topatu"

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Ezpalak lo deja bien claro desde el mismo inicio, inmediatamente después de pulsar el play y que te asalten las potentes y directas baterías y el enorme bajo distorsionado de “Zatoz”: el cuarteto de Zestoa retorna pleno de fuerza.

Eñaut Gaztañaga (guitarra), Juanjo Berasain (voz), Unai Eizagirre (bajo) y Janardana Iglesias (el nuevo batería sustituye a Xabi Arrieta) no se han amansado en este disco publicado por la discográfica Oso Polita en CD, vinilo y disponible también en las plataformas digitales; el segundo disco de su corta pero destacable carrera indica más bien todo lo contrario. 

No obstante, su sonido áspero y punzante tiene su contrapunto en las ágiles guitarras y en la voz de Juanjo Berasain, rasgada pero bien modulada. Al oyente le será complicado vencer la tentación y no unirse a voz en grito a los pegadizos y enérgicos estribillos de, sirvan como ejemplo, el segundo golpe del disco en “Itzala”, “Hegan edo hilik” y “Denbora”.

Las melodías, que ya se apreciaban en el primer disco del grupo, aparecen ahora revestidas de otros elementos. Los ecos del grunge o al menos de la parte más melódica del grunge (Alice in Chains…) quedan aplacados en “Kolpatu Topatu”, y se alzan sobre ellos sonidos más cercanos al punk contemporáneo: el nervio y la aspereza de Idles, las melodías redondas y la producción contenida de Frank Carter & the Rattlesnakes, la frescura de los irlandeses Fontaines DC… 

Hemos charlado con Eñaut Gaztañaga, guitarrista del grupo y productor del disco, para saber más sobre todo esto.

 “Topatu Kolpatu” es más afilado que vuestro anterior disco. ¿A qué se debe?

El primer disco está hecho muy rápido, y los cuatro no nos conocíamos demasiado bien musicalmente. Después, cuando comenzamos a llevar ese disco al directo, nos dimos cuenta de que teníamos un sonido más duro, Juanjo mostraba un actitud y una voz más punk y el sonido del grupo era más potente.

Y esta vez hemos querido reflejar esa personalidad. Queríamos que el disco fuera como un golpe. Ese es el origen del sonido más agresivo y del propio título, “Topatu Kolpatu” (Encontrar, golpear).

Foto: Josu Torrealday

No sé si el disco está grabado antes de la pandemia y si, por tanto, esta ha tenido alguna influencia, pero ¿cómo condiciona el estado emocional del músico la composición?

Tres canciones de este disco están hechas justo después de sacar el anterior; teníamos un repertorio corto, y necesitábamos más canciones. Están creadas hace tiempo.

Pero todas las demás las sacamos durante el confinamiento, cuando estábamos en casa. Así que sí, creo que por ese lado sí ha tenido influencia. Existe una voluntad de salir, de explotar en los conciertos, y las canciones son más inmediatas.

Todo esto nos pilló en una época en la que estábamos tocando un montón, estábamos en nuestro mejor momento, y ese estado se nota también en las letras. No hay ninguna letra específicamente sobre el tema, pero se deja notar en todas.

Habéis grabado en los estudios Gaztain, contigo a los mandos, claro. ¿Cómo cambia la labor de grabar cuando se trata de tu propio grupo? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene?

Para mí es más cómodo, porque tengo muy claro en mi cabeza qué quiero para mi música, qué sonido busco.

Cuando grabas a otros grupos, tienes que tener en cuenta sus gustos y su recorrido, y puedes estar o no de acuerdo con ellos. Al final, tu labor es ayudar al músico a conseguir su objetivo.

Mientras que en este caso, al tratarse de nuestras propias canciones, tenemos muy claro hacia dónde queremos llevar la producción. Me gusta mucho trabajar con mis canciones.

En lo que respecta a los peligros, el principal es saber cuándo terminar. Puedes dar al proyecto tantas vueltas como quieras, y me cuesta dar las mezclas por terminadas; siempre pienso que se pueden mejorar. Y a veces hay que saber terminar, porque de lo contrario es infinito.

La masterización ha quedado en manos de Estanis Elorza, en los estudios Doctor Master. ¿Cómo explicarías a alguien totalmente ajeno al sonido qué es el proceso de masterización de una mezcla?

El tema del máster también está cambiando últimamente, debido a que el CD está desapareciendo y ese era el estándar que se utilizaba hasta ahora; todo el proceso de masterización estaba enfocado a conseguir un volumen adecuado para el CD. No está muy claro qué va a pasar ahora.

De todas formas, entendida de una forma clásica, la masterización consistía en lo siguiente: si el techo de volumen está en un punto 0, un CD potente tiene que tener un volumen lo más cercano posible a ese punto.

Tenemos que intentar acercar a ese punto la mezcla que hemos hecho en el estudio después de grabar todos los elementos pista por pista. Si, por ejemplo, el volumen de la mezcla del estudio está en -8, la masterización debe dejar esa mezcla lo más cerca posible del 0 pero sin estropear las dinámicas de sonido.

Explicado muy brevemente, la masterización es el proceso mediante el que se sube el volumen a una mezcla respetando los elementos de esta y sus dinámicas.

EN CORTO

Un grupo o solista vasco: Willis Drummond

Un grupo o solista extranjero: Smashing Pumpkins

¿Qué grupo (voz, guitarra, bajo y batería) juntarías en un estudio para grabarles algunas canciones?

Pues juntaría a John Frusciante (guitarra), Steve Shelley de Sonic Youth (batería), Mike Kerr de Royal Blood al bajo y de cantante Yannis Philippakis de Foals. Es un grupo bastante frankenstein, pero bueno. Y como segundo guitarra pondría a J Mascis de Dinosaur Jr.

¿Qué consejos darías a un músico o cantante para desenvolverse bien en un estudio?

Al final, que meta horas con su instrumento y, como grupo, que escuche qué están tocando el resto para coordinar los riffs. Muchas veces, en el local no se escucha lo que está haciendo el otro, y, cuando vienen a grabar, tocan la misma parte de manera diferente.

Por eso, es interesante grabarse en casa o hacer algún ensayo en acústico antes de venir. Y luego, también viene bien ensayar con claqueta de vez en cuando.

Y, como experto en sonido, ¿cómo ves el salto de soportes físicos a digital? ¿Se tiene en cuenta dónde y cómo se va a escuchar un disco a la hora de hacerlo?

Es cierto que cada vez escuchamos más la música en digital y que cada vez hay menos tiempo para escuchar los CD enteros, que, además, es un soporte que está desapareciendo. El vinilo, por su parte, sigue subiendo, quizás porque, como objeto, es más agradable. A mí es un formato que me encanta para todo el rito de escuchar y guardar música.

En este caso, Estanis ha hecho dos másteres, uno para el CD y el streaming, y otro para el vinilo, con algunas diferencias: se han cortado algunos graves…

Supongo que, tan pronto como desaparezca el CD, los procesos de masterizar y mezclar también cambiarán. Por ejemplo, cada vez es más común masterizar y mezclar a la vez, y también cada vez es más común mirar los volúmenes de los streamings como referencia, porque cada uno tiene sus niveles.

No sé cómo evolucionará la cosa. De momento, se mantiene el CD como estándar pero llegarán los cambios.

¿Cómo se toma un músico, técnico de sonido y productor que el público escuche su obra en condiciones mejorables?

Bueno. Creo que en una plataforma de streaming, pongamos Spotify, no se escucha mal. Al final, es cierto que igualan los volúmenes de todas las canciones disponibles en su catálogo, pero no estropean tanto el archivo.

Sí que es cierto que cuando la gente escucha la música en el móvil sin cascos, se acostumbra a escucharlo de una manera bastante mala, medio en mono…

El primer disco lo editasteis vosotros mismos, mientras que este lo publica Oso Polita, discográfica impulsada por la promotora gigante Last Tour. ¿Cómo surgió la oportunidad y qué fue lo que os convenció?

Al principio, nuestra intención era volver a autoproducirlo, pero sí que metimos en la ecuación a la oficina de management Ayuken. Y cuando grabamos el disco, ellos fueron quienes nos propusieron presentárselo a Oso Polita.

El disco gustó mucho a Oso Polita, y ellos mismos nos propusieron editarlo, una vez estaba todo hecho: producción, grabación…

Han entrado bastante al final del proceso, acabamos de empezar y por el momento tiene buena pinta. Estamos muy a gusto con el equipo que hemos formado.

Foto: Josu Torrealday

La hoja de promoción habla de que aspiráis a sonar bastante “más allá de las fronteras de Euskal Herria”. ¿Hasta dónde queréis llegar y cuándo queréis hacerlo?

Bueno, yo no lo marco como una prioridad. Me gustaría dar la mayor cantidad posible de conciertos en Euskal Herria con este disco, llegar al mayor número de gente posible y disfrutar mucho en ese proceso. Luego ya, si los sueños se cumplen o hasta dónde quiere llegar cada uno…

Es cierto que desde la oficina de Ayuken nos dicen que quieren que toquemos fuera, que saldremos a tocar y algunos miembros del grupo tienen muchas ganas de ello. Unai y yo somos más mayores, pero Juanjo y Janar son jóvenes todavía, y tienen muchas ganas de tocar en Madrid o Barcelona, por ejemplo.

Y ya hay cosas casi confirmadas, de cara al verano. Cuantas más puertas toquemos y a más sitios lleguemos, mejor. No es una prioridad, pero, en caso de salir fuera, lo haremos con mucho gusto.

Respecto a los conciertos, ¿cómo os estáis adaptando a estos conciertos pandémicos? ¿Cómo habéis vivido los ofrecidos hasta ahora?

Al principio choca un poco ver a la gente sentada. Ha habido diferentes etapas. Este formato nos pilló al final de la gira del anterior disco, y al principio la gente podía estar sentada con una cervecita. Aunque estuvieran sentados, se parecía más al ambiente de un concierto normal.

Luego, sin poder beber y con mayor distancia, resultó más frío y más duro para un grupo como el nuestro, que tiene mucha energía y busca el feedback con el público.

Pero hemos tenido suerte, porque hemos podido tocar. No nos vamos a quejar, aunque tengamos ganas de volver a los conciertos de siempre.

Foto: Josu Torrealday

¿Dónde y en qué condiciones tendría lugar el concierto ideal de Ezpalak?

A mí me gusta ese tipo de conciertos locos, en cualquier antro con entrada libre y hasta arriba de gente: el público y nosotros saltando en el escenario… Es lo que tengo en la cabeza: una apertura así, por ejemplo en Portuko Ranpi de Ondarroa.

Tengo la ilusión de poder hacer algún concierto así algún día. A lo mejor nunca más se puede hacer porque el grupo no funciona o porque la gente deja de ir a ese tipo de conciertos. Pero mi ilusión personal es volver a un concierto así.

 “Hauxe naiz ni”, cantáis en una canción. ¿Qué es Ezpalak para vosotros? ¿Cuál es la esencia de Ezpalak?

Creo que somos un grupo de rock alternativo. Tenemos una esencia grunge, sobre todo en directo. Somos un grupo rockero, pero los estribillos tienen un punto de melodías melancólicas del pop de los 90.

Somos un grupo equilibrado. Podemos ser muy violentos en algunos cachos, pero también trabajamos la melodía. Y estamos muy orgullosos de este disco; por eso “Hauxe naiz ni”.

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